Joaquín tiene 60 años y hace pocos años para correr una carrerita de 10 km necesitaba unas zapatillas muy amortiguadas (las estándar para 90 kg de peso), plantillas, pantorrilleras de compresión, calcetines, faja lumbar y cinta rotuliana para retrasar lo más posible su dolor de rodilla, aunque este siempre aparecía tarde o temprano. Hoy en día es capaz de correr 2 maratones en el mismo mes necesitando nada más que una camiseta, un pantalón y un dorsal…
Correr descalzo no hace milagros, pero a veces ayuda a conseguir cosas que no creías posible. Os dejo con el relato de Joaquín (para el que no lo sepa, era el «otro» en esta magistral y delirante crónica de ese mismo maratón que escribe Benjamín ).
Atrás: 60 años y unos meses.
Encima: 1camiseta, 1dorsal y 1 pantalón.
Delante: 42 Kms y unos metros y 3 horas y muchos minutos.
Para hacer un maratón no hace falta nada más. Cada uno lo hace con lo que se siente cómodo.
Me levanto temprano, a eso de las seis. Desayuno pasta, que siempre que tengo una carrera de esas largas, largas, Julia me prepara el día anterior para que vaya comiendo cuando quiero, tengo la ventaja de que la pasta me gusta blanca y fría, solo con un poco de aceite.
Todo preparado del día anterior, cojo geles para llevarme, mientras como algún fruto seco. Es pronto, he quedado con Benjamin que le pasaría a buscar. Mientras espero que se haga la hora, mando un par de tweets;
Salimos Julia, y yo y pasamos a buscar a Benjamin , el cual esta esperando a convertirse en un témpano, vestido casi como si fuéramos a hacer la salida de un maratón en Tenerife, yo me habría puesto un abrigo largo y gorro por si me hacían esperar.
Llegamos, nos bajamos del coche rápidamente, y nos dirigimos a hacernos una foto en la recepción de un hotel, era el sitio mas caliente que podíamos encontrar. Yo ya iba guarecido con la camiseta para correr, otra de manga larga y encima un chubasquero de plástico con un grosor como de papel de fumar, comprado en el mejor chino de la ciudad.
Los corredores que estaban alojados en el hotel y parecían mas profesionales que nosotros nos miraban de manera inquisidora, pero nuestra fuerza mental era de tal poder que, en la mayoría de los casos, bajaban su mirada hacia nuestros pies, con lo cual inclinaban su cabeza delante nuestro. Nos sentíamos los dominadores de todo el hall del hotel.
Como no llegó casi nadie para la foto, decidimos encaminar nuestros pasos hacia la salida, donde nos encontramos con todos los descalcistas conocidos que íbamos a hacer el maratón, menos con Súper Santi, que seguramente estaba calentando motores. Nos hicimos la foto y nos dirigimos hacia nuestro cajón de salida.
La salida fue lenta ya que había tal vorágine de corredores con zapatillas que se querían adelantar unos a otros, que no pudimos seguir ni a los keniatas, ni a marroquíes, ni tampoco a los barefooters o huaracheros mas avezados en las salidas, como Juanan Murciélagos, Santi Ruiz o Angel Ramón Abella, ni tampoco a Fernando Mampel, que al ser de los organizadores tenia ciertos privilegios como salir junto a los Keniatas para que no se escaparan antes del disparo de salida.
En vista de ello, decidimos con gran acierto en la estrategia, utilizar la táctica de tomarlo con calma a pesar de nuestros irrefrenables instintos de lanzarnos en pos de los primeros y sorprenderlos con nuestra inigualable técnica descalcista, sobrevenida en el curso de los últimos años.
Bastante frío en los pies en los primeros Kms. Al llegar al 3º ya me decido y con un elegante gesto me arranco el impermeable que llevaba con harto estilo y lo lanzo a un contenedor, quedándome aun con la camiseta adicional de manga larga, que cuando vamos por el Km 6 ó 7 la introduzco en un seto de separación en una calle. Después pasé a buscarla y allí estaba.
Benjamin y yo íbamos a un buen ritmo, el lo indicaba de cuando en cuando, a mi no me gusta controlarlo, prefiero las sensaciones y a veces contar mentalmente el numero de pasos por minuto, si noto que voy alrededor de 180/190 pasos por minuto, considero que es mas o menos mi ritmo para una tirada larga y no miro para nada el reloj. En el Km 10 voy a tomarme el primer gel y entonces me doy cuenta que parte de mi gasolina se había quedado en el coche, digo parte porque por lo menos si había cogido unas pastillas de Gluco Sport.
Inmediatamente me tomo una y ruego para que en alguno de los avituallamientos tengan gel. Decido que en todos los avituallamientos beberé isotónica y comeré de lo que haya. Me entró un poco de respeto ya que no olvidaba que 3 semanas antes me había pegado la paliza del maratón de Valencia y no estaba totalmente seguro de haberme recuperado totalmente.
Llegamos a la zona pelapatatas y vemos que Emilio esta bastante atrás. Se lo ha tomado con mucha calma, pero Benjamin sabiamente dice, «ya nos alcanzará», y efectivamente al llegar a El Grao, como en el Km 20 allí está Emilio dándonos charla un buen rato hasta que le decimos que se adelante para preparar la llegada, lo cual hace con su rápida y potente zancada. Al cabo de 3 ventoleras ya lo vemos muy, muy lejos.
En la subida hacia Castellón, el viento sopla y sopla, nos alcanzan los prácticos de las 4 horas y vamos con ellos un tramo intentando protegernos de la ventolera. Lo logramos hasta la entrada a Castellón, allí dejamos que se vayan a su ritmo, diciendo entre nosotros: “ Estos han calculado mal el tiempo y van más deprisa de lo que deben” ¡Quien no se conforma es porque no quiere!
Ya estábamos mas o menos en el K. 25 y Benjamin ve nuevamente a su esposa y sus hijos a lo lejos y se adelanta a buscar reservas y saludar. Por dentro de la ciudad vamos a un mejor ritmo, hasta llegar al 30 en el que toda una “ pandilla” de animadores conocidos nos insuflan nuevamente ánimos. Nos encontramos varias veces a Salva, un amigo ultra, que con una Bici/Patineta nos sigue, va haciendo fotos y además nos anima.
A partir de ahí empiezo a notar que al no haber perdonado ningún avituallamiento, unos sorbos de bebida isotónica, una mandarina, un trozo de plátano, algún gel ( Al final tome más que si hubiera llevado los míos ) me está resultando bien ya que me encuentro con fuerzas y sin ver el muro por ninguna parte.
Benjamin, al final del maldito tramo pelapatatas, un poco antes del K. 33 me dice que va a echar una meadita y que me vaya, y decido en este momento apretar y elevar mi cadencia de zancada hasta los 200 pasos, la cual intentaré mantener hasta el final.
Esos últimos Kms para mi fueron una delicia ya que entre los ánimos del público, de gente conocida como Jorge, que había hecho su primera carrera de 10 descalzo, y en calles que se van estrechando por el público, es fácil sentirte más animado. Además, con el subidón de ir adelantando a muchísima gente sin demasiado esfuerzo, no se si porque ellos iban mal o yo bien, se me hizo un recorrido corto y fácil. Parte del mérito es del compañero que me ha llevado hasta mas allá del 30, distraído y a buen ritmo. ¡Gracias Benjamín! Jamas había corrido 30 Kms tan entretenido.
En definitiva súper feliz y contento con mi segundo maratón descalzo y con la manera como lo disfruté y con la marca efectuada que es para mi lo menos importante. Por otra parte, ni asomo de los famosos dolores musculares que todos mis amigos “calzados y amortiguados” me dicen que tienen al finalizar una maratón. Existe cansancio pero no dolor. Al día siguiente para desengrasar fui a ver como estaba la playa, aquí os dejo la foto.
A modo de curiosidad, os muestro una foto de todo lo que necesitaba hace pocos años para una simple carrera de 10 km, y aún así no me libraba de molestias y dolores…
Además en este año que ya se va a terminar, he tenido la fortuna de conocer a un montón de “locos descalzos” y también algunos“muy poco calzados”. A unos los conozco virtualmente y a otros físicamente, pero con todos vosotros me lo paso muy bien viendo comentarios, corriendo carreras, intercambiando opiniones y experiencias y aprendiendo que alguno hasta puede hacer 13 maratones en un año y otros bajar sus marcas y sobre todo cumplir cada uno sus objetivos. Voy a pedirme un deseo y marcarme un objetivo. A algunos les extrañara por el plazo pero a mi me gusta ponerme objetivos a medio/largo plazo.
¡Voy a correr algún maratón en el año 2.020, mas o menos en el mismo tiempo y con las mismas zapatillas que este último!
Joaquín C. Berga
@JcbBenicassim