(Re)Aprender a correr, parte I.

Con este post y el siguiente voy a intentar explicar un poco cómo correr mejor.

Cada vez sois más los que me preguntáis cómo hacerlo y de esta manera os contesto a todos.

En realidad lo que me preguntáis es cómo correr de manera minimalista, y aquí es donde quiero aclarar lo primero. La forma de correr para la que estamos preparados es la que es, no hay otra. Nadie pone en tela de juicio la manera de correr de un guepardo o de un caballo, por ejemplo. Los vemos correr y asumimos que así es como corre un guepardo o un caballo porque la naturaleza les ha dotado de unas estructuras anatómicas y de una biomecánica que funcionan de una manera concreta, ni más ni menos. Nadie les ha enseñado a correr. Han adoptado la forma de correr más eficiente para ellos. En su proceso de crecimiento natural llega un momento en el que empiezan a correr y lo hacen de una manera concreta.

Pues con el ser humano pasa lo mismo. Todos nacemos con unos pies que están diseñados y evolucionados para correr de una manera. Todos nacemos con la misma habilidad innata para poder correr. No hay más que ver a los niños pequeños, todos saben correr. Y ellos no van pensando que si tengo que apoyar el pie así, que si tengo que aumentar o disminuir la cadencia, ir más erguido, acortar o alargar la zancada, flexionar las rodillas, etc. Ellos simplemente corren y se divierten corriendo de un lado para otro. Y si los observáis corriendo, aunque lleven calzado, corren de una manera muy distinta a como lo hacen la mayoría de los adultos. Si grabáis a un niño corriendo y lo después lo veis a cámara lenta, os daréis cuenta de la manera tan peculiar que tienen de correr, dando pasos mucho más cortos, apoyando el pie justo debajo de ellos e impactando con la parte media del pie, jamás con el talón.

Por estos dos motivos es por lo que el título del post es Re-aprender a correr, porque todos sabíamos correr y muchos lo han olvidado y porque hablamos de la manera de correr y no de una manera de correr. Esto no significa que no se pueda correr de otra manera. Claro que se puede. Igual que un animal se adaptaría y sería capaz de correr poniéndole algo en los pies o con alguna amputación, nosotros también podemos colocarnos unas pesadas zapatillas con un talón elevado, adaptarnos y correr con eso aunque nuestra biomecánica estuviera alterada. Mucha gente lo hace e incluso algunos sin lesionarse. Pero esa no es la forma de correr para la cual estamos preparados de serie. Eso es otra cosa. Eso es así.

El 80% de los corredores adultos corre impactando con el talón, con una cadencia de 140-160 ppm y alargando la zancada de manera que apoya el pie muy por delante de su centro de gravedad. Esto hace que en cada zancada se impacte con la pierna estirada haciendo que las rodillas y caderas sufran mucho. Al impactar así se produce una fuerza de frenado o desaceleración brusca en cada zancada. Debido a esto toda la musculatura implicada tiene que realizar un gran esfuerzo que compense ese frenazo en vez de dedicarse a amortiguar, que es para lo que está preparada realmente.

En la foto siguiente se ve perfectamente esto que os digo.

En este vídeo grabado a cámara lenta de más abajo podéis apreciar como los corredores de élite (al contrario de lo que puede parecer al verlos correr en directo) apoyan el pie justo debajo de ellos, alargando la zancada hacia atrás y jamás impactando con el talón.

¿Qué podemos hacer nosotros para mejorar nuestra técnica de carrera de una manera sencilla?

Lo primero y fundamental es dejar de impactar primero con el talón. Muchos corredores son conscientes de que pisan así y muchos otros no. Yo os aconsejo hacer dos cosas básicas:

  1. Grabaros corriendo y verlo a cámara lenta . Esto es muy sencillo hoy en día con cualquier smartphone y un aplicación gratuita como esta . Coged a un amigo y que os grabe de forma lateral. De esta manera podréis ver claramente cómo pisáis y donde pisáis.
  2. Quitaros las zapatillas y correr 1 minuto descalzo. Buscad algún sitio adecuado y si os da vergüenza, donde no os vea nadie. Sólo de esta manera seréis conscientes de cómo apoya el pie descalzo y cómo se siente en el suelo de verdad. Sólo 1 minuto.

Una vez hecho esto, cuando salgáis a correr id pensando en ello. Fijaos en ir impactando primero con la parte media del pie en lugar del talón. No es correr de puntillas o con los dedos. Se trata de impactar con la parte media y después apoyar suavemente el talón hasta apoyar el pie completamente. Las zapatillas con mucha amortiguación en el talón hacen más difícil este movimiento pero se puede ir practicando. No hace falta cambiar de zapatillas (aún).

A la vez que se hace el apoyo así, acortamos un poco la zancada y aumentamos la frecuencia. Aunque parezca complicado y te notes raro al principio, enseguida te habitúas.

Sólo con esto es suficiente por ahora. Se trata solamente de ser conscientes de cómo pisamos y de ir abandonando el apoyo de talón.

El el siguiente post hablaré de cómo empezar a usar zapatillas minimalistas, del tiempo necesario para hacer la transición, de la cadencia ideal y cómo medirla, de los ejercicios de fortalecimiento , etc.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *