Terminé mi primer Titán. Han sido 6 horas y media de auténtico disfrute.
Nadar en el embalse de Zahara con el pueblo encima en la montaña es alucinante. Y el recorrido en bici es espectacular. Muy exigente pero muy bonito. A pesar de su dureza no podía dejar de mirar el paisaje, como si fuera de turismo. Y de eso nada porque iba con la lengua fuera.
La natación me salió bastante bien. Cogí una buena posición en la salida y nadé por fin sin desviarme. También pude librarme de las ostias de la salida, aunque me las llevé todas en el giro de la primera boya. A partir de ahí me hice con un hueco y nadé bastante cómodo. No es lo mismo el mar que un embalse con el agua plato. Es mucho más cómodo.
Salí del agua en la posición 30 (300 participantes) rodeado de todos los máquinas. Yo estaba allí casi por accidente, pero rápidamente me fueron pasando hasta ponerme en puestos más acordes con mis posibilidades.
Me cambio tranquilamente y a la bici. Hasta el kilómetro 40 o así no para de adelantarme gente. Cómo anda la gente en bici. Yo soy muy globero, pero es que la peña es demasiado profesional. Por un momento creo que me van a adelantar todos. A partir de ahí me adelanta menos gente, y subiendo el segundo puerto incluso soy yo el que adelanto a alguno. Para nada porque en la bajada desde el km 75 hasta los boxes me vuelven a adelantar los mismos que yo he adelantado subiendo.
Me queda muchísimo que aprender en la bici, pero mucho. Aún así me noto bastante progresión.
Después de 4 horas y 15 minutos de bici ( parcial 185) llego a boxes. Transición tranquila y a correr. Corriendo estoy más en mi terreno, igual que nadando, pero ya llevo casi 5 horas de carrera y empiezo a notar la fatiga de verdad. Nada más salir ya empezamos a subir. Ya son casi las 3 de la tarde y el sol aprieta bastante. Cojo mi ritmillo y con mi botella de líquido en mano que voy rellenando en cada avituallamiento sin tener que pararme, van pasando los kilómetros. Ahora soy yo el que adelanta a 45 corredores. Me impresiona ver a algunos, tiarracos enormes y cuadraos sufriendo y prácticamente arrastrándose. Pero casi todos llegando a la meta. Mucha tela.
Por un momento, sobre el km 9, creo que no voy a poder terminar. Me encuentro muy bien pero empiezo a notar calambres en los muslos. Freno un poco, bebo isotónico y me como medio plátano. Me noto que el estómago está ya un poco saturado de tanto gel y barrita y decido no comer ni beber más, al menos en un rato. Me paro con un voluntario a estirar la pierna y al estirarla me empieza a dar otro por la parte de atrás. Mejor me estoy quieto. Sigo corriendo, manteniendo el ritmillo y con mucho cuidado de no hacer ningún movimiento extraño. Y aunque voy notando los calambres ahí, se mantienen a raya.
Por fin llego a meta tras los dos últimos infernales km de subida a Zahara. Esta subida final es lo que te remata para que entres totalmente emocionado en la meta. Una fuerte subida por todo el pueblo y entrada en una calle abarrotada de gente que acaba en la plaza donde está la meta. Muy emocionante, de verdad.
Mis acompañantes no me pudieron ver entrar. Llegaron 4 minutos tarde. Una pena. Después de toda la paliza que les he dado este fin de semana. La próxima será, no pasa nada. Finalmente entro en el puesto 141 de la general. Muy satisfecho.
Todo lo que había oído de este triatlón se cumple con creces. Miman a cada participante cómo si fueras un pro. Por eso restringen las inscripciones a 300, que se agotan en pocas horas con meses de antelación. Además la gente es súper simpática y no paran de animarte por todo el recorrido cómo si fueras la cabeza de carrera. Una gran experiencia que sin duda repetiré.
Gracias a Antonio y Belén por venir conmigo. Antonio además se pegó el madrugón para ir a los boxes a dejar la bici y acompañarme hasta la hora de salida. Y a mi Rosita, que con lo trabajada que está la pobre y con su barrigón, se ha pegado 800 km y muchas molestias para acompañarme.
Muchas gracias guapa!!