Me cuesta escribir porque todavía no tengo asimilado todo lo ocurrido. Tengo sensaciones encontradas, creo que todavía no soy consciente de haber terminado mi primera maratón.
No voy aburriros mucho, pero ya sabéis que hace 8 meses no hacía nada de deporte, desde el 1 de abril empecé a correr los famosos 2 minutos andando y 2 corriendo. Y tampoco os quiero aburrir con mi transición al minimalismo, ya soy barefoot runner para toda la vida me temo, es como ser surfero o palillero en la nieve.
Esta semana pasada he estado con temas profesionales jodidos, me hicieron una colonoscopia y dos días de liquidos para la preparación, y el domingo corría la maratón. Osea una semana llena de eventos para los que pedía «buena suerte» al principio de la semana en Twitter y FB.. y muchos me la enviaron.
Con respecto al lado profesional parece que hay una salida, veremos. Con respecto a las salud me dijeron que tenia buenas pulsaciones, tensión y que mi intestino está sano, aunque parece que tendré que operarme, algo leve. Y por último conseguí terminar la maratón de Málaga, mi primera maratón.
Es probable que hasta que no me recupere no pueda correr más carreras, espero no sea mucho. Intentaré no dejar de entrenar pero no se que me dirán.
Es increible, pero cuando os dije que quería hacer la maratón, algo dentro de mi me decia que quizás las otras no pudiera hacerlo por tema prefesional o por tema de salud y que quizás mejor aprovechar el momento, el entrenamiento, la fecha y liarme la manta. Ahora creo que hice lo correcto, pero era consciente y vosotros también, de que no estaba totalmente preparado. Llevo poco tiempo entrenando, no es que haya mejorado mucho en tiempos, y solo he corrido una carrera de cada distancia, o sea que experiencia también brilla por su ausencia. Como es normal tenia que pagar precio por todo esto.
Asi que soy finisher, 5:18. Entre los 624 primeros jajajaja.. claro solo corrieron 650. Pero creo que pocos puede contar lo que yo he vivido.
El no estar entrenado, lo suficiente, me ha dejado una agujetas enormes. La experiencia me hubiera dicho que fuera depilado y no tendría la entrepierna jodida por los lios de pelos que se montó. También me hubiera dicho que debo dejar la bolsa donde todos los corredores en vez de darsela a mi mujer o amigos, así no tengo que ir a por ella cuando llego. También me dice que el coche escoba puede ser tu peor pesadilla, como decía Aitor «es el lobo». Ibamos bien de tiempos, pero como vas de los últimos se pega al ultimo y eso mentalmente es muy jodido. La experiencia tambien me dice que no haga una carrera de fondo con vueltas en el mismo sitio, es mortal. Tambien que la mente te manda dolores, calambres, hipoglucemias para convencerte de que pares, y es verdad que si paras lo pasas peor. Paré al principio para esperar a Roberto que sufria de las rodillas, paré después para echarme agua varias veces por el calor que hacía, se me secaba la camiseta rapidísimo. Paré en la zona de control de km 28 en el avituallamiento y por el Muro en forma de hipoglucemia o bajón de azucar, y andando fui tomando recuperation, plantanos, naranjas, todo lo que tuviera glucosa, casi me desmayo (exceso de gasto energia, mala alimentación la semana anterior por los temas médicos, el que soy propenso, no sé) la sensación era de hinchazón de manos repentina, color blanco y rojo en las mismas, y sensación de desvacenimiento. En ese momento, andamos quizás 500/700 metros hasta que vimos el coche escoba y nos adelantaron casi todos, que bajón.
A partir de ahí me siento un pelo de fuerza y echamos a correr, mejor pero con dudas. Empecé a sentirme mejor, se engancharon un par de corredores a nosotros, y empezamos alcanzar gente que nos había pasado. Perdimos de vista el coche escoba y seguimos corriendo, pasamos por la plaza de la Merced y casi tenemos que pedir perdón por estar corriendo una maratón, nadie nos hacía ni caso, les estorbabamos. Imaginate tu con las fuerzas justas, justisimas, esquivar tanta gente, bajón de moral de nuevo. Llegamos a otro avituallamiento y comemos naranja parados, y hablamos con los voluntarios. Me imagino que nuestra cara lo decia todo. Siempre estaban recogiendo cuando pasabamos, aunque nos animaban y nos daban las pocas reservas que les quedaban. Seguimos corriendo y adelantamos a otro.
Nada más dar la vuelta, no encontramos con nuestros angeles de guarda, Napo, Moi y Fran… Cuando entrené los 30k me dio un bajón de azucar parecido pero menos fuerte, y llegando a casa con 2 sorbos de cocacola se me quitó isofacto… que mágica bebida… jaja… asi que les pedí me dieran una, y así fue le dí 3 sorbos, y me dí cuenta que mi cabeza no reaccionaba del todo ok, le dije a Napo, dame un gel y lo tenia en la mano. Eso me hizo despertar, hasta ahí había pensado en parar varias veces, pero la ayuda de Roberto y la glucosa que tomé me hicieron llegar hasta ahí. A partir de ahí sabía que llegaría, que no vería al coche escoba, pero que sería duro.
Desde ese momento seguimos corriendo todo el rato, solo parábamos en los avituallamientos, naranja, plátano y seguíamos. Parecia que la hipoglucemia se había ido, eso si cuando llevaba un buen rato corriendo se me hinchaban las manos. También me dió ánimo el preguntar a un poli, cuanto queda? y decirnos 7k, cuando enseguida vimos que eran 5k. A partir de ahí, mejor ánimo, saber que había muchas posibilidades de llegar, y empezaron los tirones, de estos no muy dolorosos pero todos a la vez, en los avituallamientos intentaba estirar el gemelo, y se subia el cuadriceps, estiraba el cuadriceps y se subía el isquio. Asi que decidí seguir con ellos.
A lo lejos vemos otro corredor, Antonio, que habia ido con nosotros un tiempo, lo alcanzamos y le dice Roberto que se enganche, yo no podía ni hablar ni gesticular. Vemos el Estadio, está hecho. Tomamos la curva y empieza un viento en contra de los jodidos, parece que no avanzamos, todas las fuerzas, cabeza baja, lanzando improperios sobre la madre del viento, que duro … a lo lejos vemos a la Familia del gato y a nuestra familia, gritando y animando, casi no podemos ni saludar. Llegamos al estadio, fotos, gritos, dicen nuestro nombre, no quiero mirar a nadie solo despistarme, cambiar los ojos, mover la cabeza puede hacer que me caiga o que pare, voy como aturdido, Roberto me coge de la mano, lo miro veo que se le saltan las lágrimas, se me saltan a mi, cojo la mano de Antonio y entramos con los brazos en alto. Hemos Terminado… buff!!
Me ve Santi, y se me vuelven a saltar las lágrimas, vamos a por la camiseta de finisher, y nuestra medalla. Reto conseguido. Muy duro, muy sufrido, muchas dudas, altos y bajos, es cierto todo lo que dicen del Maratón… ahora ya tengo una marca fácil que batir como decía el artículo. Como secuelas tengo agujetas, rozaduras entrepierna, pero mis pies, articulaciones, etc perfectas.
Todo esto lo hice en 5:18 hrs y con Vibram Five Fingers Speed a la edad de 37 años y con solo 8 meses entrenando. Esta claro no??? si yo puedo hacerlo, «cualquiera puede hacerlo», le estoy tomando el gustillo a esto de llegar de los últimos, pero la próxima vez lo haría intentando sufrir un poco menos, pero de los últimos seguro.
Como dice el Gato, gracias a los que me habéis animado y a los que pensabais que se me había ido la cabeza, ambos estabais en lo cierto y eso me ha ayudado. Gracias al Gato y su familia felina por el ánimo y el tercer tiempo. Gracias a Napo, Moi y Fran, Bauti… no sabéis como se agradece una cara conocida cuando estás en el inframundo. Gracias Brown por acercarte, que ganas. Gracias a Erika, al final eres siempre la más animada. Gracias Familia, últimamente os aburrís viendo carreras y esperando siempre a los últimos. Gracias Dani Tavora y a Santi por tus consejos, ánimos y confianza. Y gracias especialmente a Roberto, mi hermano, sin él seguro no hubiera acabado, tu si que eres el verdadero Finisher!!!