Maratón de Lanzarote – Por Famero

Una Maratón semi-barefoot agridulce.

Normalmente en la 2ª marathon se sueña con rebajar el tiempo de la 1ª, más aun si has cruzado la meta pasado el límite de las 05 horas como fue mi caso. A pesar de ello, hice una apuesta diferente y muy arriesgada (lo que me me dejo ese sabor agridulce).

Todo comenzó en enero cuando en este grupo se empezó ha hablar algo más del minimalismo y barefoot tras la hazaña de Santi Ruiz. Me compre unas zapatillas (no deportivas) 0 droop y comenzó a trabajar con ellas (mi trabajo implica estar mucho tiempo de pie y/o caminar). Pasado unos meses hice mi primer entrenamiento con ellas (unos 7 kms), luego 10 y en este mes llegue a los 22 en dos ocasiones, entre tanto alguna salida descalzo (5 ó 6 con un máximo de unos 12 kms).


Empecé la carrera con las zapas del año pasado, pero sin plantilla, lo cual disminuía su droop. Para el km 4 estaba fundido, completamente fundido, a punto de abandonar y me notaba muy raro con las zapas, así que en el 4 y medio paro orino y me cambio de calzado (pensaba hacerlo más adelante) y no se que me paso, pero salgo como si fuera otro, ya no estoy fundido, estoy bien y comienzo a adelantar corredores, incluso me atrevo a levantar más los pies del suelo de lo que suelo hacerlo. Todo va bien, hace calor, por lo que en cada avituallamiento bebo y me empapo la cabeza, llego al km 21 sin problemas, incluso rebaje el tiempo del año pasado. Según paso por el control me saco la chaqueta y … sí, las zapas bajo la atenta mirada de todos los presentes, (me dejo los calcetines para que el calor del asfalto no me abrase los pies), un fotógrafo me enfoca los pies y me dice barefoot mientras doy mis primeros pasos descalzo. Durante los 2 ó 3 kms siguientes voy en una nube, sigo adelantando corredores.

De rozar el cielo directo al infierno:

A partir de hay todo cambio, unas baldosas que no me favorecen nada me hacen bajar a la tierra. Corro, camino y corro según puedo. Los calcetines pasan a mejor vida.

Llega la hora de pisar nuevamente el asfalto, y este me hace bajar al infierno. Camino, corro, camino según puedo.
(No le hecho la culpa al asfalto, simplemente no tenía los pies lo suficientemente curtidos.)
Entre tanto me acuerdo de Santi, de las Maripuris y demás Qs que corren hoy conmigo, pero en Málaga.
Otras 2 horas después llego al km 34. No tengo ninguna ampolla, ni corte, sin embargo el dolor en las almohadillas es tal que se me saltan las lagrimas. Me prometo y prometo a mi Dios que no volveré a hacer ninguna carrera oficial (por supuesto pienso cumplir mi palabra). Me siento a esperar a que me recojan. 20 minutos después aprieto los dientes y salgo corriendo, casi con lagrimas en los ojos me hago otros 2 kms.

Abandono definitivo: Con esto creo que puedo dar mi transición por finalizada. 36 kms en 04h 35´; 21,1 kms minimalista en 02h + 15 kms barefoot en 02h 35´.

Me encuentro bien, los gemelos de maravilla, por la tarde trabajo 4 horas y el lunes… me voy corriendo al curro, (7 kms minimalistas).
Vuelvo caminando rápido con las zapas del año pasado, craso error, se me cargan los gemelos.
0 Ampollas
0 rozaduras

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