Hace ya poco más de un año desde que empecé a correr, y hoy día no puedo estar más contento de haber dado tal pisada.
Empecé a correr no porque fuera algo que me entusiasmara. De hecho, detestaba correr. Siempre he detestado correr. Me parecía algo realmente aburrido, monótono, incluso molesto. Antes ya había corrido, si eso se le podía llamar correr. Me obligaba un poco a mi mismo por hacer algo de deporte, ya que siempre me ha hecho falta hacer un poco de ejercicio, aunque creo que a todos nos hace falta hacer algo de deporte en mi modesta opinión, y más en una sociedad que cada vez se torna más y más sedentaria, pero no es el tema. El caso es que no duraba ni un par de semanas de rutina corriendo. Me cansaba, lo veía absurdo. «¿Porqué sufrir de esa manera?».
No conseguía pasar el umbral. No veía más allá de mi próxima zancada.
El año pasado comencé a correr a consecuencia de una lesión que me diagnosticaron en la columna vertebral denominada «Retrolistesis» (desplazamiento hacia atrás de una vertebra sobre otra y que, por tanto, afecta a la médula espinal). Padezco la lesión a nivel de la vértebra L5-S1, grado I. Normalmente, la lesión en grado I no da sintomatología alguna, suele ser un hallazgo radiológico.No era mi caso, yo iba buscando la razón del dolor que meses antes sufría. Produce, o mejor dicho, me producía un dolor semejante a un calambre eléctrico pero que a la vez quema y arde. El dolor comenzaba desde el glúteo y se irradiaba a muslo, pierna, incluso en las peores ocasiones hasta la punta del dedo gordo como solía decir. El exceso de peso es uno de los factores que agrava sus efectos. Es capaz de incordiar de forma exagerada. Me dijeron que adelgazar sería lo mejor para remitir el dolor, aconsejándome que el mejor deporte que podía practicar es la natación, deporte en que se trabaja mucho la musculatura retrosomática. No me recomendaron correr, ya que algunos médicos creían que el impacto del talón contra el suelo podía ser perjudicial para la espalda… En cierto modo, tenía su lógica.
Pues bien, después de perder peso durante el año pasado, los dolores remitieron como me dijeron. Me encontraba bien, animado, pero necesitaba algo más. Debido a mis estudios (medicina) es mucho el tiempo que paso sentado en una silla leyendo y leyendo. Tenía que buscar algún deporte que no dependa de nadie ni de nada (practicaba un poco el baloncesto y voleibol, y la natación durante unos meses). Pensé rápidamente en correr, a pesar de que me lo desaconsejaron. Me abordaron muchas dudas acerca de las repercusiones que podía tener en mi espalda.
Consulté a una rehabilitadora acerca de lo que suponía correr para mí, esperando que me dijera que no había ningún problema. Y fue lo que me dijo. Me dio vía libre para correr. Me aconsejo que comenzará poco a poco, para ir viendo como me sentía.
Me sentía genial.
Cogí mis Nike Air y me puse a correr. Está vez por que yo quería, porque me apetecía. Poco a poco fui evolucionando, y poco a poco me iba entusiasmando más y más. Me ponía metas de mayor longitud. Y así fue como me fui sumergiendo en este mundo del que no espero salir nunca.
Con esto únicamente quiero decir que, a pesar de la lesión vertebral que padezco, conseguí “vencerla” en cierto modo y superarme a mi mismo corriendo. Es cierto que en mi situación echaba en falta un apoyo o una experiencia de alguna otra persona que sufriera la misma o semejante patología (hernia de disco, por ejemplo), una persona que pudiera aconsejarme y un poco servirme de guía sobre como empezar a correr, que tipo de zapatilla comprar para evitar un mayor impacto contra mi columna… Sin embargo no encontré a nadie que me aportara el punto de vista que buscaba.
Por ello, y gracias a Santi Ruiz, quién me invito a formar parte de Cualquiera Puede Hacerlo al preguntarle sobre como podía empezar a relatar mis experiencias, escribo este blog, porque yo mismo busqué personas como yo para ver que sí, que se podía correr o que había alguna posibilidad remota, y en definitiva mejorar. No quiero decir que correr sea bueno para todas las patologías de espalda. Es aconsejable en muchos casos por los diferentes sistemas neuromusculares que se trabajan.
Espero que este blog sirva para muchas personas que, como yo en su día, buscan ese punto de vista tan necesario para dar el paso.
Un abrazo!
@Rafa_rmg