Desafío Lamarca Almería 2014, 21 km corriendo con ventaja.

El domingo pasado corrí la IV edición del Desafío Lamarca , una carrera con modalidad de mtb y carrera a pie que se celebra en Almería por caminos paralelos a la playa de las Amoladeras y San Miguel de Cabo de Gata, a las puertas del parque natural. Nunca la había corrido antes, y en esta ocasión corrí de milagro ya que me enteré de la carrera el mismo sábado por la noche con las inscripciones cerradas desde hacía varios días ya.

Como me pillaba cerca y el domingo tenía previsto madrugar para correr, me presenté allí a primera hora (la salida era a las 10) a ver si me hacían el favor y me dejaban inscribirme esa misma mañana. Si no, siempre podría correr un rato por la zona haciendo así mi salida de domingo. Afortunadamente me encontré a una persona que conocía y que colaboraba con la organización y gracias a el pude inscribirme en la modalidad de 21 km a pie (también había versión de 9 km). No digo quién es para que no lo busque nadie en otra situación parecida, pero le estoy muy agradecido;).

Así que allí estoy yo, casi 2 horas antes de la salida, sin desayunar, habiendo corrido 11 km la noche de antes y con mi dorsal dispuesto a correr una media maratón por caminos de piedras y playa. Un perfil llano pero con un recorrido duro, con falsos llanos, pequeñas subidas y superficies variadas, algo parecido a un cross pero más largo. Un recorrido perfecto para ir rápido pero con algunos tramos muy pesados que te podían dejar muerto si ibas colado, ya que correr por la misma playa se hace pesado.

A las 9.30 horas es la salida de los bikers, que tienen por delante 64 km, y a las 10.00 la de los corredores, tanto los de 9 km como los de 21, así que tengo tiempo para dar una vuelta, saludar gente, ir al baño y tomarme media hora antes de salir un sobre de UCAN, esta vez el de la versión con proteína y sabor chocolate (sólo viene esta en este sabor) que era la versión que me quedaba por probar. No es el sabor que más me gusta pero se puede tomar. A pesar de beberme medio litro de preparado en 2 o 3 tragos y en menos de 5 minutos, no tengo la sensación de llevar el estómago lleno en ningún momento. Con este «desayuno» media hora antes de correr, no tengo que comer nada en toda la carrera y llego a meta sin hambre. Hasta 2 horas después de terminar no tengo ganas de comer nada y durante toda la carrera me siento con energía. Cierto que el esfuerzo dura menos de 1h30, pero también es cierto que voy mucho más rápido que cuando haces una ultra y por lo tanto la demanda de energía es muy distinta. El funcionamiento ha sido perfecto.

Se da la salida y me pilla desprevenido, charlando para variar. Estoy colocado delante así que hay que salir rápido, ya habrá tiempo de frenar. Los 2 primeros km son por asfalto, y mi reloj marca un ritmo de 3.30 min/km. Se que es demasiado rápido pero no llevo sensación de ir pasado de vueltas y se que poco a poco iré cogiendo ritmo de crucero. Cuando llegamos al camino de tierra (Camino de las Amolaeras) el pelotón ya está muy estirado y los primeros se van marchando. Llevan un ritmazo impresionante. Se nota que la mayoría son corredores de asfalto y que les gusta correr rápido. También pienso que algunos de esos correrán la de 9 km y que por eso van tan rápido, pero en la salida sólo he visto dorsales de la de 21. Yo cojo mi ritmo, ya más tranquilo pero veo que siempre por debajo de 4 min/km ampliamente. Me noto las pulsaciones controladas (no llevo pulsómetro), y si no veo el ritmo en el reloj creo que hubiera apretado más, algo que probablemente luego hubiera pagado. O no, quién sabe. Decido seguir a ese ritmo, sin llegar a 4 pero manteniéndome cerca, a ver lo que duro.

Cuando llegamos al km 4 hay una bifurcación de caminos, los de 9 van para un lado y los de 21 para otro. De repente me quedo completamente solo. Sólo veo a dos corredores que van delante mía, uno a unos 30 segundos y otro a algo más, pero no veo a nadie más por delante. No me lo puedo creer. A lo lejos se ve gente pero parecen senderistas. Detrás mía viene gente, los escucho resoplar pero no quiero ni mirar atrás, sólo tengo ojos para los de delante.

Pienso que alguno se debe haber escapado, pero también pienso que en tan poca distancia es difícil sacar tantísima ventaja como para no verlo en esas rectas tan largas paralelas a la playa. Sea lo que sea, yo me encuentro bien y me digo a mi mismo que no pienso bajar el ritmo y que a mi no me coge nadie. No aprieto para no morir pero mantengo las distancias clavadas con los de delante. Si alguien quiere cogerme va a tener que currárselo bien. Tengo que reconocer que la sola idea de ir 3º de la general me hace tener más fuerzas y motivación.

Cuando lego al km 10, a la altura del Cabo de Gata pueblo, hay un chaval en el control y le pregunto que si esos que acababan de pasar eran la cabeza de carrera. Obviamente yo me refería a los que yo veía todo el rato. El caso es que me dice que si y entonces el subidón ya es total. No me puedo creer que vaya 3º de la general. Miro para atrás por primera vez y veo que el supuesto 4º va muy cerca de mi, así que como me despiste un poco me pilla. Son los kms más feos, nos meten por una rambla y unos caminos entre invernaderos dando un rodeo para volver de nuevo a la playa por donde veníamos. Pienso que son los kms decisivos y aprieto todo lo que puedo, viendo que me acerco bastante a los de delante. Pienso que poner el foco en los de delante es la mejor manera de que no me pille el de detrás, que no da tregua. También pienso en el Tour de Francia y en cuando un semi desconocido o desconocido total coge de rebote el maillot amarillo y luego se tira muchas etapas con el. Siempre se comenta que llevar el maillot de líder les da fuerzas y se crecen. Pues eso me estaba pasando a mi, que al pensar que iba 3º estaba sacando fuerzas desconocidas.

Por mucho que aprieto no consigo alejar mucho al de detrás mía. Solo viene el, no hay nadie más, a una distancia suficiente pero que al mínimo contratiempo o despiste me pilla. Hay varios giros de 90º y estoy a punto de pasarme uno, así que me concentro en las señales todo lo que puedo.

Ya sólo quedan los kms finales por el mismo camino que habíamos ido al principio. Sigo con fuerzas pero ya hace mucho calor, no he bebido nada y queda lo más duro. Cuando llego al km 17 pienso que ya no me cogen. En el avituallamiento me dicen que voy 4º o 5º y eso me devuelve a la realidad y me desanima un poco. Por momentos pienso que a lo mejor se han equivocado. De repente no soy capaz de bajar de 4.15-4.20 y pienso que voy a sufrir lo que queda. Sobre el 18 o 19 veo a lo lejos en dirección contraria a un descamisado barbudo corriendo con lo que parecen sandalias, y resulta que es mi amigo Luigi. Me dice que voy 5º o 6º. El de detrás cada vez está más cerca y ya me da igual el puesto. Mi único objetivo es que no me coja. He ido sin adelantar y sin que me adelante nadie desde el km 4 y no quiero que me adelante en el último km.

Llegamos de nuevo al asfalto, así que quedan 2 km si esto está bien medido. El asfalto me permite correr más rápido, pero ya estoy deseando llegar y no paro de mirar atrás. Enfilamos la recta desde donde salimos, pensando que la meta era en el mismo sitio (a mitad de recta). Es una recta larguísima que se hace interminable y que además ahora nos hacen hacer entera hasta rodear el pabellón para entrar en meta.

Entro en meta muy contento y muy satisfecho con mi rendimiento. Se ve que hacer el Ultra Sierra Nevada dos semanas antes y salir a correr la noche de antes me ha venido bien. Nada más cruzar la meta alguien me dice que soy el 6º de la general y cuando salen las clasificaciones veo que soy 2º de veteranos, así que llamo a casa para decir que tardaré aún un rato en llegar porque he ido a correr una carrera (mi familia no lo sabía) y tengo que recoger un trofeo.

Como siempre la gente alucina al verme con las sandalias, y más en esta ocasión por el hecho de parecerles que había ido rápido por ese terreno. Un terreno que precisamente era muy amable comparado con otros sitios, perfecto para correr con sandalias ligeras sin necesidad de mucha protección. Cuando iba corriendo iba pensando que cuanto más complicado y pesado se pusiera el terreno mejor para mi, que con las sandalias llevaba ventaja.

Corrí en esta ocasión con las LUNA Mono, sandalias que no usaba para correr desde la MIM de hace 2 ediciones pero que las uso muchísimo para andar. No me las he quitado en 2 veranos y parte del resto del año y las tengo bastante machacadas. Hasta he tenido que cambiarles las correas hace poco.

Felicitar a los organizadores de la prueba, la Unión Ciclista Martínez Oliver y agradecerles que me dejaran inscribirme. Sólo una sugerencia: ya que el patrocinador principal y el que da nombre a la carrera es la empresa de embutidos, jamones, aceites y productos gourmet Lamarca, se podían estirar y dar junto al los trofeos (que eran muy bonitos, por cierto), algún producto alimenticio de la compañía… Sólo es un sugerencia;)

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