Por fin he podido estrenar mis Vibram FiveFingers. Las compré por internet y me han tardado en llegar demasiado. Y cuando llegaron por fin, yo estaba fuera. Así que con más de una semana de retraso hoy he podido disfrutar de mi regalo de cumpleaños (fué el 4 de agosto).
Ayer las probé andando, pero al igual que andar descalzo es muy distinto a correr descalzo, con las FiveFinger pasa lo mismo.
Ponérmelas me ha resultado bastante sencillo. Quizás sea porque he usado muchas veces los calcetines Injinji de dedos, pero el caso es que los dedos me entran bien a la primera, sin problema.
El número que he elegido ha sido un 42, el mismo que utilizo con zapatillas normales. Al ponérmelas pensé que quizás me hubiese venido mejor uno menos, pero después de correr con ellas creo que he acertado. Además, como el modelo que he elegido son las Bikila LS y llevan un sistema de cierre parecido al que llevan las Salomon, se pueden ajustar mucho una vez puestas.
Tengo que decir que la sensación inicial no me ha resultado nada rara. Llevo ya unos meses corriendo con zapatillas minimalistas (NB MT100) y el cambio es mucho menos brusco. También he corrido unas cuantas veces descalzo totalmente, la primera en el mes de abril y la última la semana pasada, en la que hice 11km en dos sesiones. Creo que pasar de pronto de las zapatillas clásicas súper-amortiguadas a las FiveFingers puede resultar muy raro, incómodo e incluso peligroso.
He corrido una hora, y habré hecho unos 13km. No he podido medir la distancia exacta ni el ritmo porque el Suunto Pod no puedo engancharlo a la zapatilla, así que sólo llevaba pulsómetro.
He empezado muy tranquilo y poco a poco me he ido calentando y aumentando el ritmo. Durante un buen rato me he olvidado de todo. Del ritmo, de la distancia, del calor (he salido a las 1 del medio día de un 14 de agosto en Almería), de la sed, de todo. Sólo iba pendiente de mis pisadas, notando cada relieve del terreno: los dibujos de las aceras, las tapas de las alcantarillas, los distintos asfaltos, los escalones, etc. Cuando he mirado el reloj he visto que iba a 150 pulsaciones por lo que sé que iba bastante rápido y llevaba ya 45 minutos, pero no me he dado ni cuenta. Me ha recordado mucho a las zapatillas de clavos que usaba para correr cross y los 3000m en pista cuando era cadete. En realidad la forma de correr es casi igual. Tengo que reconocer que he disfrutado un montón corriendo, mucho más que otras veces en iguales condiciones.
Justo en ese momento he empezado a notar dolor en un gemelo, y he tenido que bajar mucho el ritmo, incluso me he tenido que parar y andar un poquito. Creo que me he flipado demasiado. He llegado bien, pero cuando me he enfriado me ha empezado a doler otra vez. Creo que es una pequeña contractura. Esto me sirve para aprender. No he tenido en cuenta que aunque lleve un tiempo corriendo con zapatillas minimalistas y descalzo, llevaba sin correr 10 días y quizás he forzado demasiado. Tengo que tener paciencia e ir poco a poco. Esto no es cuestión de dos días.
A parte de esto todo ha sido bueno. Las zapatillas se me ajustan como un guante, nunca mejor dicho. Mis maltrechas uñas de los pies, que siempre tengo amoratadas por la presión de las zapatillas, van mucho mejor. A pesar del calor que hacía no lo he notado en los pies (no llevaba calcetines). Con cualquiera de las otras zapatillas que tengo, los pies se me ponen hinchados por el calor. Creo que me va a costar mucho trabajo ponerme otra vez zapatillas normales, y lo que tengo súper claro es que la media maratón de Granada , en noviembre, la corro con ellas.
Se que es un tema que le interesa a mucha gente, así que iré relatando mi adaptación y mi evolución con las FiveFingers y con el barefootrunning. Y si alguno se decide a probar, que vaya poco a poco y con mucho cuidado. Y que nos lo cuente.
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