Ayer fue mi cuarto día consecutivo saliendo en bici. No han sido muchos kilómetros pero aún así estoy muy satisfecho. 230 km aprox., bastantes de ellos en subida y hasta una transición a carrera. Me he recorrido todos los alrededores de Almería.
Ayer fue el único día que elegí un recorrido llano consistente en ir al Cabo de Gata pueblo y volver, unos 50 km. Toda la vuelta fui haciendo cambios de ritmo: 1 km fuerte y otro recuperando. Llegué con las piernas bastante tocadas, supongo que por los tres días anteriores, pero también por estos cambios de ritmo (algunos km se me hicieron bastane duros).
Nada más llegar me cambié y a correr. Llevaba sin correr después de hacer bici desde el Ironman de Lanzarote, y no sabía cómo me iba a encontrar. Corrí 10 km y me encontré muy bien, pero fui más consciente que nunca de un error que he ido repitiendo en los tres triatlones de larga distancia que he hecho, sobre todo en el primero. Empiezo a correr demasiado rápido y no me doy cuenta. Yo creo que al estar caliente y con las pulsaciones altas no me doy cuenta. Y obviamente luego lo pago en forma de cansancio o calambres.
Ayer llevaba el aparato del pie que hace que vea en el reloj al ritmo que voy, algo que nunca he utilizado en carrera. Ni en triatlón ni en maratón ni en medias ni en nada. Nunca lo llevo. El caso es que los primeros km iba por debajo de 4.20 min/km y tenía la sensación de ir a 5 o por encima. Tenía que ir frenándome todo el rato. Al final me salió una media de 4.25 min/km para hacer los 10 km en 44 minutos y a 142 ppm de media. Si no llego a llevar el reloj hubiese ido más rápido al principio y luego lo habría pagado, seguro.
Esta noche saldré a correr, mañana intentaré nadar en el mar y el domingo la media maratón de Calar Alto , con salida y llegada a 2160m de altitud. Un buen entrenamiento para el triatlón de Sierra Nevada.
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