Maratón de montaña Jarapalos 2012, por Antonio Hermoso

Antonio es un abogado malagueño padre de familia numerosa, nada más y nada menos que de trillizos.

El sábado hizo su primera maratón de montaña, Jarapalos 2012, casi nada. Desde hace un tiempo descubrió que se podía correr sin las pesadas y amortiguadas zapatillas de toda la vida (y hasta sin calcetines!!!) y como el dice, es otro.

Antes de que leáis su relato de lo que fue la carrera en sí, nos cuenta cómo y por qué ha llegado a correr con calzado minimalista ante el asombro de sus amigos. Creo que es bastante interesante y que refleja muy bien una situación bastante común y que el ha sabido resolver de una forma magistral. Esta es su experiencia:

«Para no extenderme demasiado, os diré que nunca fui corredor. Siempre he hecho deporte, pero sobre todo con amiguetes (futbol, tenis,…) y nunca competitivo. Sin embargo, al empezar los niños a hacerse mayores y disponer de más tiempo (y llegar a los 40) comencé a plantearme una vida menos sedentaria, comenzando por aparcar el coche e ir andando siempre que pueda (trabajo, colegio, cenas,…).
Por este motivo, en 2010 unos amigos me convencen de participar en una prueba de 45 km (Homenaje a la Legión en Ronda) que hice básicamente andando-marchando. Me encantó la experiencia y me dejé convencer para afrontar una prueba aún mayor: los 101 de Ronda.
Durante 2011 comencé a coger algo de forma en un gimnasio (body pump, spinning, cinta,…) y a salir al monte a correr los fines de semana, aunque sin apretar demasiado. Y este año 2012 participé nuevamente en el Homenaje a la Legión en marzo (ahora ya trotando parte de la prueba) y en los 101 en mayo (la mayor parte andando). Finalmente corrí la Subida al Veleta en agosto. Todas estas pruebas las conseguí acabar, aunque los tiempos fueron bastante modestos (de los últimos, vamos).
Por eso, cuando digo que este sábado en Jarapalos he acabado mi primera maratón de montaña me refiero a que esta prueba ha sido mucho más dura y he descubierto realmente lo que es una carrera de montaña con desnivel.
Hasta este mes de agosto, cada vez que salía a correr acababa con molestias en la rodilla que desaparecían a los pocos días. Pero eso me intranquilizaba, porque entendía que no podía ser normal.
En mi opinión sólo tenía dos opciones:
1º.- Ir a un podólogo que me estudiara y me aconsejara una zapatilla, plantillas, etc. Pero esa solución no me atraía nada, no me parecía lógico que para hacer deporte tuviera que complicarlo tanto. Se trataba de correr.
2º.- Revisar mi técnica de carrera y buscar una forma más adecuada o menos lesiva. Aquí fuí descubriendo el correr natural y después de mucho meditarlo decidí intentar esta solución. Comencé por descalzarme en casa ante la extrañeza de mi mujer. Buscar la zapatilla no fue fácil, ya que en casi todas las tiendas se extrañaban o me advertían de que eso de correr sin amortiguación era malo.
Leí unos comentarios muy interesantes sobre la NB mt1010, en el sentido de que eran unas zapas diseñadas para largas distancias y protección contra piedras en la entresuela. Y me pareció una buena opción para empezar con la «transición». Cuando las tuve en casa decidí reprimir mi euforia e intentar centrarme en una adaptación lenta pero segura: primer día trota 10 minutos, luego 15, otro día dos tandas de 10 minutos…. Y mucha atención a la técnica de carrera que, ahora sí, con estas zapatillas, podía desarrollar con más facilidad.
Luego vinieron salidas más largas con los amigos (15-20 km) a trote suave atendiendo a la técnica de carrera. Después un par de salidas por el entorno de Jarapalos con carriles con mucha piedra. Todo evolucionaba perfectamente. Y finalmente me decidí a correr Jarapalos con las zapas nuevas.
Para mí las diferencias con las anteriores (TheNorthFace), o con el correr natural mejor dicho, son evidentes:
– la más espectacular es que no siento las rodillas. Y en Jarapalos comprobé que ello supone que al final puedo trotar con alegría y divertirme corriendo. Sólo esto ya me merece la pena.
– también destaco el tacto de las superficies. Es una gozada pisar tierra húmeda o las hojas de los árboles.
– con las piedras hay que tener más cuidado. Aunque también he descubierto que al ir atendiendo la pisada aumentan los reflejos, lo que he notado sobre todo bajando senderos a brinco-cabra.
– los pies no sufren más de lo normal; incluso diría que tienen menos rozaduras apesar de correr sin calcetines. Todavía no me ha salido ninguna ampolla (aunque antes tampoco).
En conclusión, me divierto mucho más corriendo y espero seguir haciéndolo.»

Y ahora, esta es su crónica del Maratón de montaña Jarapalos 2012 :

«10 de noviembre de 2012,a las 8 de la mañana estoy dispuesto y con ganas de enfrentarme a mi primera Maratón de montaña. Nada menos que 42km con casi 5.000 metros de desnivel acumulado (2.500+) me esperan. En los últimos días habíamos recibido noticias de la organización comunicando algunos cambios respecto al recorrido del año anterior, añadiendo más sendero y más desnivel.

Los 2 primeros km son suaves y me lo tomo con tranquilidad porque a partir del 3 hasta el 7 nos espera un sendero estrecho en continua subida que a veces requiere de usar las manos. La tierra está húmeda pero no encharcada: una alfombra que agradecen los pies.

Una vez coronado el Helipuerto (km 7) comienza una bajada cómoda que permite correr, primero por sendero ancho y luego carril hasta km 10, donde se inicia una corta pero empinada subida por sendero al Puerto Málaga. Al llegar arriba, las vistas de la Costa del Sol te dan un respiro antes de iniciar una larga y peligrosa bajada en sendero estrecho, donde me lancé a trotar y brincar como un niño.

El recreo dura poco, ya que hacia el km 13 comenzamos a subir en sendero hacia la Ermita de Mijas (km 15) y posteriormente hasta La Bola (km24) un duro e interminable ascenso, que se me hizo eterno (¿donde está el límite…digo…La Bola? pensaba yo y me reía solo). Sin duda las vistas te acolchaban un poco el sufrimiento, pero duele.

Cuando por fin llegas arriba y vez La Bola con resentimiento, comienza una rápida bajada en sendero hasta el avituallamiento del km 25. Allí disfruto de un suculento salchichón y reposo unos minutos. Me descalzo para quitar arena y piedrecitas. Respiro hondo y a seguir; esto lo acabamos.

Se inicia un precioso recorrido de 6 kilómetros por sendero en zona muy arbolada. Qué bello es correr por aquí. Primero un tramo de 2 km en bajada para trotar con cuidado hasta la Fuente del Acebuche (km27) y luego otra subida continua y cada vez más empinada (con partes de escalada a cuatro patas) hasta el km31.

En este km 31 llegué reventado de la subida; tome aliento y más salchichón en el avituallamiento. A partir de aquí se inicia la traca final: comienza un carril-pedregal de 6 kilómetros corribles donde trote con alegría consciente de que lo peor ya había pasado. Sentía las piernas como nuevas; consecuencia de mi nueva técnica de carrera (gracias minimal run). A falta de 4 km el recorrido se desvía al último sendero, que disfruté como un niño en el parque acuático. Trotaba, saltaba, volaba. Me dió pena que acabara. Finalmente un tramo de apenas 1 km hasta meta en carril cómodo. Como nunca llevo reloj (me gusta parar a hacer fotos, comer, respirar el paisaje…) no sabía cuanto llevaba, pero me sorprendió gratamente ver en el crono 7:46.

Primera maratón de montaña y acabada con fantásticas sensaciones. Al día siguiente sigo sin molestias en la rodilla. Soy otro

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