Hace unas semanas que ya tenemos disponibles en España el modelo OSO de Luna Sandals, una sandalia de 11 mm de grosor diseñada específicamente para largos recorridos por terrenos de montaña complicados y llenos de piedras.
De las características de la sandalia, de sus novedades y de nuestras primeras impresiones hablamos hace poco en este vídeo , pero sin haberlas probado corriendo.
Todavía he corrido muy poco con ellas, una sóla vez, pero me ha sido suficiente para probarlas en profundidad ya que ha sido en una carrera exigente aunque corta y por terreno muy variado y en muchos sitios bastante complicado.
Lo primero que tengo que decir es que en una carrera no se debe estrenar calzado (eso nos han dicho siempre, al menos) pero dado que yo estoy habituado a correr con sandalias y que fui a la carrera sólo para poder probarlas, se puede hacer una excepción. Además ya lo hice antes con el modelo MONO en la MIM de este año y no tuve ningún problema.
La carrera elegida fue la 1ª Carrera por Montaña de Quéntar , una carrera pequeñita de 29 km en el entorno de Sierra Nevada, en Granada, con salida a 860m de altitud estando la cota más alta a 1530m.
La carrera fue el 24 de noviembre, con salida en la plaza del pueblo de Quéntar y con una temperatura de 0ºC. Esto hizo que a última hora me decidiera a correr con calcetines de dedos de la marca OS20 porque el día estaba además nublado y no sabía si me iba a afectar el frío ya que nunca antes había corrido con sandalias a esa temperatura y menos en montaña. Yo estoy ya habituado al clima de Almería, donde el día que más frío hace no se baja de 10 ºC a las 8 de la mañana. Y tengo que decir que aunque en la salida y primeros kms los calcetines me dieron la vida, luego salió el sol, entré en calor y no los hubiera necesitado por frío. Cuando el pie está trabajando (y corriendo con sandalias trabaja mucho) está muy irrigado y es imposible sentir frío. Al menos en movimiento. Aún así no me molestaron (si no, me hubiera parado y me los habría quitado) y además lo agradecí porque pasamos por muchas zonas de matorral bajo en el que metías los pies y me evitaron arañazos, arañazos que no pudieron evitar mis piernas y que me han tenido marcado una semana. Sólo deseé no haberlos llevado en el cruce por dos veces de un río y en una zona embarrada. En uno de ellos había troncos pero en el otro había que meter los pies, lo cual hubiese sido mejor sin calcetines. Aún así no me molestaron ni me resbalaban estando mojados o con barro. No tengo fotos porque fui sólo y las que hizo la organización, 2 semanas después aún no as han subido:(. Las miniaturas que he puesto las he sacado de photodeprtes.com, pero no pienso comprarlas.
La primera parte del recorrido era por caminos y pistas para salir del pueblo y adentrarse en la montaña, así que aunque el recorrido era totalmente desconocido para mi y no sabía lo que me iba a encontrar, salí a buen ritmo para aprovechar esos tramos corribles, y por el frío que hacía. Los demás corredores alucinaban al verme con las sandalias, pero al contrario de lo que imaginaba, me encontré con bastante interés, mucho conocimiento del minimalismo y alguno que hasta conocía las Luna Sandals. Además había varios corredores con NB Mínimus y uno con Merrell Trail Glove. Para ser una carrera tan pequeñita (no estábamos más de 50) creo que es bastante significativo.
Las sandalias se portaron perfectamente en todo el recorrido. Me las ajusté en la salida y sólo volví a apretarlas un poco sobre el km 20, dos horas después. No hubo una sola vez que pensara o sintiera que iba limitado por el calzado, al contrario, tenía la sensación de ir con ventaja por la ligereza y cercanía al suelo (mayor estabilidad al correr). Me sentí totalmente protegido durante toda la carrera sin clavarme una sola piedra y sin golpearme con nada. El agarre es excepcional. Incluso en zonas muy resbaladizas como piedras o hierba cubiertas de escarcha agarraban bien. El sistema de sujeción nuevo (tira extra de velcro alrededor del tobillo) funciona a la perfección y la cinta de la parte de atrás no se mueve nada. La suela lleva una zona rebajada en la punta para que al correr no se enganche la punta con el suelo, algo que podría pasar cuando la sandalia está muy nueva (y rígida), pudiendo ocasionar que por ahí se despegaran. Con el uso la sandalia se arquea hacia arriba y esta posibilidad de enganche disminuye aún más.
Aunque la sandalia es rígida, y más recién estrenada, no es algo que moleste y menos intentando correr rápido por la montaña. La sensación de libertad del pie y de conexión con el suelo es total. En bajadas muy empinadas de tierra y piedras sueltas, como una trialera llena de surcos profundos, me encontré muy seguro bajando con ellas. Si no pude bajar más rápido fue por mi falta de práctica y de pericia en las bajadas, no por culpa del calzado elegido. También hubo algún km campo a través y zona de matorral bajo por donde pisabas sin saber lo que ibas a encontrar debajo, pero yo pisaba sin miedo sabiendo que no me iba a hacer daño, igual que cuando lo hacía antiguamente con unas Salomon XT.
En definitiva y a falta de usarlas en recorridos más largos (este fue sólo de tres horas), mis sensaciones han sido buenísimas. Puede parecer falta de objetividad dada mi relación con la marca Luna Sandals, y seguro que alguno así lo ve, pero si hubiese encontrado alguna pega lo hubiese dicho. Me parecería absurdo hablar maravillas de una sandalia y que luego la gente al correr con ellas comprobara lo contrario. No digo que sea un calzado fácil, pero cualquiera que esté adapatado al minimalismo o que ya corra con sandalias en asfalto, puede correr con esto por el monte. Es un calzado que una vez superadas las reticencias iniciales por su aspecto, convence con creces a todo el que lo usa. La protección es bastante mayor que con unas Inov Bare Grip 200 o NB MT100, otros modelos minimalistas con los que he corrido por montaña, y la sensación de libertad del pie también es infinitamente mayor. Ligereza, agarre, protección y sensación de libertad del pie, más no se puede pedir. Bueno sí, durabilidad. Eso lo comprobaremos con el uso, pero visto lo visto con los otros modelos, parece que hay sandalia para rato. Tras este recorrido la suela no presenta ni una suela muesca o rasguño.
Alimentación
Otro aspecto además de el del calzado que he ido modificando a lo largo de los últimos años es el de la alimentación. Para la mayoría de deportistas es impensable no cenar pasta o arroz la noche de antes de una carrera, no atiborrarse de esto mismo durante toda la semana o no levantarse 3 horas antes para tomar un gran desayuno y dar tiempo a digerirlo. También es impensable ir sin un gel o barrita para la carrera.
La noche de antes cené la sopa del cocido del mediodía con zanahorias y patatas cocidas, un poco de jamón serrano y fruta. Mi desayuno fueron 2 lonchas gruesas de jamón cocido, un plátano y un café una hora y media antes de la carrera.
Para la carrera no llevé nada, ni bote de agua ni comida. Había 5 avituallamientos, y en cada uno de ellos me limité a tomar un trago de agua y un trago de Aquarius. Además de eso, en uno de ellos sobre el km 18, me comí 2 trozos de plátano y dos dátiles. Con eso tuve suficiente comida y bebida para los 29km en 3 horas, sin tener sensación de hambre o flojera en ningún momento. Quizá eché en falta haber llevado algo de sales porque a partir del km 19 o así empecé a notar principios de calambres sobre todo en los cuádriceps, pero es algo que considero normal debida mi falta de adaptación a correr empleando a fondo esos músculos, ya que desde mayo que corrí la MIM no he vuelto a correr en montaña hasta este día, siendo prácticamente todos mis entrenamientos en llano y en asfalto y la mayoría de ellos descalzo desde hace meses. Pero a pesar de todo pude mantener los calambres a raya, aunque el dolor de piernas me duró desde el domingo hasta el jueves siguiente.
Anécdotas
Hay algunas cosas que hacen que recuerdes con más o menos cariño una carrera. Esta carrera era muy pequeña pero organizada con mucho cariño y voluntad, y eso se nota. Los avituallamientos estaban muy bien puestos, con gente muy simpática y voluntariosa. Te iban indicando con señales cuanto faltaba para cada uno, y ver en uno que falta 1 km y que luego en realidad está a 300m, da una alegría tremenda. En cada uno de ellos hubo comentarios sobre mis «chanclas», y en unos de ellos me regañaron cariñosamente por no comer nada (aunque sí me paré y charlamos un momento).
Fui sólo hasta el km 20, y desde ahí hasta meta junto a otro corredor. Cuando me dio alcance pensé que ya no lo vería más, ya que la última parte era donde más bajada había, pero el hombre iba con los dedos destrozados y muy doloridos, y me decía que donde más le dolían eran al bajar. Yo, obviamente, no tengo esos problemas al llevar los dedos al aire.
Pero la principal anécdota es que hice pódium, quedando 3º en categoría sénior y 1º de veteranos A. Resulta que entré 4º de la general (yo pensaba que iba 5º) pero que el primero no contó porque era júnior, así que me encontré con un tercer puesto. Pero al terminar yo la carrera las 12 y ser la entrega de premios pasadas las 2, no pude quedarme y me quedé sin subir al pódium. Volví con mis niños a ver si llegaba a tiempo pero ya los habían entregado. Por eso en la foto del pódium sólo hay 2 corredores. Para una vez que me dan un trofeo…
Lo próximo será el 8 de diciembre el maratón de Málaga descalzo. Ya estoy deseando que pase para correr otra vez por el monte con las OSO, y a ser posible en Sierra Nevada y con los arapajoes.