Esta prueba es otra de las que me hacen temblar de emoción y más este domingo 15 de abril, después de que mi niña se bautizara. Estoy en un buen momento de forma, de ánimo y confianza. Correr minimalista, correr descalzo, me esta dando oxígeno y vida, como un nuevo comienzo. Consta de 10 km por el perímetro portuario, es totalmente llana y corre lo mejorcíto de Almería.
Aún recuerdo la primera edición, no estaba ni pa correr 10 metros y me puse en linea de salida con el presagio de que se iniciaba un romance especial con esta carrera. En total, de las 6 ediciones he corrido 5, siendo las 3 últimas seguidas.
Después de la Trail de Cabo Gata me planteé seguir compitiendo un poco más pero al final descarté correr con la peña «Q» en la Sierra de Huetor, la cual me llama muchísimo la atención, pero por ser tan cercana en el tiempo, preferí esperar, bajar las kilometradas, para mí supercañeras, que me estaba haciendo y así llegar más fresquito a esta. Otra cosa que me «reconcomía» era que esta carrera se realiza sobre asfalto, superficie a la que le tengo un poco de rechazo. Me explico: siempre he compartido asfalto con tierra pero desde que me lesioné hace unos años le cogí una manía terrible, teniendo siempre unas sensaciones muy malas. En aquella época corría con zapas amortiguadas de asfalto y mi terreno favorito era la tierra. Al adquirir las Trail Glove pues me decanté más aún por este terreno. Cuando corrí con estas Merrell la 1/2 maratón de Almería sentía que no avanzaba, que la velocidad que tenía en tierra no la llevaba al asfalto. Por eso me rasqué el bolsillo y me compré las Merrell Road Glove, no por continuar con la marca sino que eran para mí la mejor opción de mínimas del mercado.
Gracias a mi primo, Jose Carlos, empecé a hacer tiradas cada vez más largas para la 1/2 de Almería y así poder adaptarme al asfalto. Claro, siempre acababa con el gancho al cuello pues el muy c…esta fuerte que flipas. Si le añades lo de las Merrell ni cuesta abajo.
Bien, ya tenía en mi poder las Road Glove así que lo siguiente fué no ponerme las otras para nada, no pisar la tierra para nada y solo pensar en que llevo toda una eternidad por el asfalto. Me costó, no lo voy a negar, pero en 5 días ya empezaba a notar que el asfalto no me resultaba ya tan agresivo.
El domingo, por fortuna, el dios Eolo nos respetó y no sopló con tanta fuerza como el sábado que hacía un temporal de co…. Me levanté sobre las 6:45h para desayunar, ya que la carrera salía a las 10h; a eso de las 8h estiro y me voy para la salida. A las 9h veo a David, un colega de Almería con el que quedé la noche anterior. A la vez que charlamos sobre la carrera nos dedicamos a calentar y decidimos ir juntos y nos vamos para la linea de salida. Ya me tiemblan las piernas de la emoción. Como sé que David tiene una forma muy buena intento salir codo con codo para tirarnos mutuamente, a ver que tal. Nos colocamos en 3ª fila para salir a «to pijo! (lo que me demuestra que ya tengo un poquito más de confianza). Antes me ponía de la mitad para atrás y, claro, me quedaba medio descolgado.
((((((((( PAM))))))))))
Suena el disparo y a correr tocan,…me coloco al lado de David pero tiene un reprís tan cojonudo que se me escapa en seguida. Durante toda la carrera le iré viendo a unos 100-200m, inalcanzable, pues salí a darlo todo y la verdad es que ya no tenía más marchas. De esa manera me concentro en mi ritmo y me emociona ver como estoy aún cerca de la cabeza, de los pro.
Hasta el km.4 llevé la respiración un poco atacada por los nervios, por la concentración en la técnica, porque estaba sano sin lesiones, con unas zapas que no sabía como responderían a ese nivel. Hasta ahí el viento nos daba un poco de espalda, sin ser molesto como otros años(no recuerdo una edición sin viento). Lo malo, no tanto, vendría más adelante cuando ya por el km.7 ya empieza a darte de cara y la fatiga ya pesa. Los km. van cayendo de lo lindo, acostumbrado ultimamente a mayores kilometradas y además mucho más lentas. Cuando voy por el km.8 ya veo «casi» y escucho los vítores de la gente, familiares y amigos, dando palmadas, gritando, a los que van llegando a meta. Soy incapaz de cambiar de velocidad así que, sin aminorar,aprieto los dientes y veo como David, que siempre lo tuve «a tiro de piedra» pega un cambio y se me escapa en la última curva. Ya empiezo a oler a meta, me siento eufórico, feliz, pleno. Adelanto a algún corredor, otros me adelantan, gajes del oficio, y termino mi 5ª edición particular de esta prueba. Me gusta poco hablar de tiempos, aunque siempre está ahí la competición, sobre todo contra uno mismo,pero en este caso he de decir que la he corrido en unos fantásticos 40´05″.
Reseña especial merecen las Merrell Road Glove: se me han despejado las dudas que tenía antes y durante la prueba. Dudas, creo yo, razonables pues mientras me adaptaba a ellas he tenido algunos día raretes. Se han portado de P.M. y no lo digo por el resultado, el tiempo sino por la sensación de que llevaba unas zapas cuya tracción era la correcta,al menos para mí. Ahora si podré llevarme los ritmos de la tierra al asfalto.
La recuperación a sido buenísima, excepto un poco de sobrecarga en la rodilla derecha que hoy, viernes, ya se me ha quitado. Ahora me he propuesto correr un mes aprox. descalzo para mejorar más aún la técnica, que creo me hace falta.
Por último y no menos importante un cálido abrazo a Isa y Martina, mi familia. Un saludo a los «Q», a David y a Jose Carlos.