Qué diferencia hay correr y trotar: Descubre las diferencias

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Si eres amante del deporte y te gusta mantener un estilo de vida activo, seguramente has escuchado hablar de correr y trotar. A simple vista, ambos términos pueden parecer similares, pero en realidad existen diferencias significativas entre ellos. En este artículo, te explicaré las diferencias clave entre correr y trotar, para que puedas elegir la actividad que mejor se adapte a tus necesidades y objetivos.

Velocidad

Una de las principales diferencias entre correr y trotar es la velocidad a la que se practican ambas actividades. El trote se caracteriza por ser una actividad más relajada y moderada en cuanto a velocidad. Por lo general, los corredores que practican el trote mantienen un ritmo promedio entre seis y diez kilómetros por hora. Por otro lado, en el running, los corredores superan esa velocidad y se enfocan en alcanzar velocidades más altas.

Ritmo del trote

El ritmo del trote es más lento y pausado en comparación con el running. Es una actividad ideal para aquellos que buscan una forma de ejercicio más suave y menos exigente. El trote permite mantener un ritmo constante y cómodo, lo que lo convierte en una opción popular para principiantes o personas que buscan una actividad física de menor impacto.

Velocidad en el running

En el running, la velocidad es un factor clave. Los corredores que practican esta actividad se enfocan en alcanzar velocidades más altas y mejorar su resistencia cardiovascular. Para lograrlo, se emplea un mayor movimiento de los brazos y las piernas. Los corredores utilizan sus brazos para impulsarse hacia adelante y sus piernas para generar una mayor velocidad. El running es una actividad más intensa y desafiante, ideal para aquellos que buscan superar sus límites y mejorar su rendimiento deportivo.

Técnica

La técnica también juega un papel importante en las diferencias entre correr y trotar. En el running, se presta especial atención al movimiento de brazos y piernas para alcanzar una buena velocidad. Los corredores mantienen los brazos doblados en un ángulo de aproximadamente 90 grados y los mueven de manera coordinada con las piernas. Este movimiento sincronizado ayuda a generar impulso y mantener un ritmo constante.

Movimiento de brazos y piernas en el running

En el running, los brazos se balancean hacia adelante y hacia atrás de manera natural, siguiendo el movimiento de las piernas. Este movimiento de los brazos ayuda a mantener el equilibrio y a generar impulso hacia adelante. Las piernas se levantan y se flexionan en un ángulo de aproximadamente 90 grados, permitiendo una mayor amplitud de movimiento y una zancada más larga.

Zancada en el trote y running

En el trote, la zancada es más corta en comparación con el running. Los corredores que practican el trote hacen una zancada más corta con los pies al momento de desplazarse en la superficie. Esto se debe a que el trote se realiza a una velocidad más moderada y no requiere de una zancada tan amplia. Por otro lado, en el running, la zancada es más larga con tal de alcanzar una mayor distancia al momento de correr. Los corredores buscan maximizar la longitud de su zancada para cubrir más terreno en cada paso.

Correr y trotar son dos actividades físicas que difieren en velocidad y técnica. El trote se caracteriza por ser una actividad más relajada y moderada en cuanto a velocidad, mientras que el running se enfoca en alcanzar velocidades más altas y mejorar la resistencia cardiovascular. En cuanto a la técnica, el running requiere de un mayor movimiento de brazos y piernas para generar impulso y mantener un ritmo constante, mientras que en el trote se realiza una zancada más corta y se mantiene un ritmo más pausado.

Ya sea que elijas correr o trotar, ambas actividades tienen beneficios para la salud y te ayudarán a mantenerte en forma. Lo más importante es encontrar la actividad que te resulte más cómoda y disfrutar del proceso. ¡Así que ponte tus zapatillas y sal a correr o trotar, y descubre las diferencias por ti mismo!

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