Son muchas las personas que a través de las redes sociales, se han preocupado por mí y me han preguntado qué me está ocurriendo en estos momentos. Lo primero que quiero es agradecerles a todos ellos su interés y sus palabras de aliento, conocidos o no, todos sois fuente de motivación para mí.
Los hay también, quien conociéndome perfectamente, siendo amigos y siguiéndome de cerca, a veces se pierden…. Y yo lo entiendo, porque he estado perdida hasta yo, que soy quien lo está viviendo.
Por eso sentía la enorme necesidad de escribir este post, para intentar aclarar algo que muchos no entienden. Por qué corres si estás lesionada?
Las dudas por supuesto las habré generado yo. Lo mismo publico una foto entrenando, que una foto haciendo alusión a mi dolor. Igual hablo de un entreno de 25 kms en monataña, que de 5 kms en asfalto en #modoprobando. De la misma manera que dejo de correr hasta que pase el dolor, voy a la piscina, esquío y sigo con mis entrenamientos de fuerza. Un lío, no?
Pues efectivamente esa ha sido mi rutina en estos últimos 8 meses. He estado a punto de volverme loca yo …… imagino vosotros. Así que os explico hoy, por lo que estoy pasando, y os adelanto que no voy a dejar de correr hasta que no me digan lo contrario.
Como sabéis desde Agosto me llevo quejando (uff…siento el tostón!). Una lesión en el aductor (o eso pensábamos), me tuvo en un mar de dudas a la hora de hacer la Media Maratón de Granada y Jarapalos. Si estás lesionada, no puedes correr y punto, otras veces así me ha pasado, pero esta vez….los dolores estaban presentes sobre todo después de correr, pero nunca corriendo. Por lo tanto, mi miedo era empeorar por culpa de esas carreras, acrecentando esos dolores diarios. Pero nunca tuve dudas de que podría hacerlas.
Tras disfrutar a tope de ellas, llegó el parón de dos meses. Venga, paro y me curo, que para el Ultra aún queda mucho. Reposo, tratamiento, ejercicios específicos y….60 días después, no sólo no he mejorado, sino que estoy aún peor a ratos.
Me recomiendan resonancia magnética pues en las ecografías no se aprecia nada en claro, y llegados a este punto, y con todo el camino ya recorrido, nos encontramos un poco perdidos.
Pues yo, que soy tremendamente feliz corriendo, decido, hasta que llegue el día de esa prueba, seguir haciéndolo. Ya conozco mi dolor, aprendo a vivir con él y voy averiguando poco a poco cómo aliviarlo. Esto fue a final de Enero.
Me reincorporo al «running» de forma progresiva y con cabeza. Aunque las piernas tengan memoria y lleven muchos kilómetros a cuestas, soy consciente de que dos meses sin correr nada, es mucho tiempo. Tengo la certeza de que hice bien las cosas. Sin embargo una mañana corriendo con Paqui tuve la sensación de que se me rompía el isquio derecho. Tuve que parar en seco y…..volver a empezar de nuevo.
Nuestro cuerpo es una máquina perfecta, pero como en cualquiera de ellas, el engranaje a veces falla. Y ese «nudo» que yo tengo a nivel inguinal y pélvico, estaba impidiendo trabajar bien al resto de músculos de mi pierna derecha. El isquio, el pie, el tobillo….sigo? Son muchas molestias las que han ido yendo y viniendo en consecuencia. Y esto, poco a poco lo he ido aprendiendo.
Y por fin, hace un par de semanas, y gracias a alguien a quien no nombraré por si no lo desea, me hicieron las pruebas. La Resonancia magnética con contraste, lo dejó muy claro. Lesión en la cadera, fisura en el Labrum.
Aunque por teléfono me informaron brevemente, una vez recibido el jarro de agua fría, estoy tranquila y no quiero pensar en nada hasta que me citen para hablarme de qué es exactamente lo que tengo, cuál es el tratamiento, y qué consecuencias tendrá, no sólo respecto a correr, si no en mi vida diaria.
A los que no entiendan lo del jarro de agua fría, yo se lo quiero explicar. No quiero que nadie me tache de egoísta. Doy gracias cada mañana por todo lo que tengo, y de momento esto no tiene mayor importancia…. «to lo malo sea eso» dicen…. Efectivamente, y yo lo tengo clarísimo. Pero a quien como yo, que los hay y muchos, correr les regale esos momentos tan maravillosos de felicidad que sólo nosotros podemos explicar, entenderán, que tan sólo pensar en la posibilidad de tener que dejar de hacerlo, te rompe por dentro, al menos en un primer momento.
En cuanto a aquellos que opinan eso de que «si quiere correr sin padecer dolores, lo tiene claro», les diré que sí, que lo tengo clarísimo. Y que si lo desean, echen vista atrás y recuerden o lean, por ejemplo, cómo hice mi primera maratón de asfalto, con un dolor terrible de rodilla desde el km 9 hasta llegar a meta. Y como esa carrera, son muchas las que he acabado con dolor, y muchos entrenamientos, porque evidentemente, son los gajes del oficio de cualquier corredor.

Pero hasta el momento, esas molestias o dolores, nunca han podido conmigo. No señor, no, otra cosa no sé, pero quejica no soy. Sin embargo, yo sabía que esto era diferente, que después de tanto meses algo estaba fallando. La molestia en ambas ingles, perder casi por completo el movimiento de rotación en las mismas, el dolor lumbar, el no poder abrocharme un zapato cómodamente…..en fin, pequeños gestos que me recordaban a diario que algo no marchaba de forma correcta.
Y confío en que ya lo tenemos. Y por supuestísimo haré caso a los médicos. Y si me dicen que me olvide de correr, lo haré. Porque ante todo quiero envejecer sana y vivir muchos años a gusto, e intentaré pues engancharme, a otros deportes como la natación, que cada vez me gusta más.
Pero mientras tanto, y hasta que llegue el momento, seguiré corriendo. Por si no hay mañana 😉
Y asumo que habrá días buenos y días malos, como desde hace ya tiempo viene ocurriendo. Y por eso publicaré una foto contenta con un entreno, de la misma manera que podré venirme abajo otro día y retirarme por serias molestias. Estoy aprendiendo a escuchar mi cuerpo.
¿Y por qué seguir si puedo intuir que no debe ser bueno? Porque correr me hace feliz. Sóla y acompañada. Porque al llegar a casa tras una salida, me siento más viva que nunca, porque me siento fuerte. Porque ya nada puede conmigo. Porque lo necesito. Porque lo que siento corriendo, compensa cualquier dolor que pueda tener luego. Porque correr es un canto a la vida, y mientras disfrute de ello, sólo puedo estar agradecida.
¿Y por qué no quitarme ya de la cabeza mis retos y seguir soñando con ellos? ¿Por qué sigo publicando acerca de mis entrenos de cara al Ultra de Sierra Nevada y al Maratón de Lisboa? Pues porque no voy a perder la esperanza hasta que nadie me la quite. Porque los retos me mantienen con ilusión desde que me levanto hasta que me acuesto. Porque me motivan a seguir entrenando y corriendo. Porque la sensación de sentir sufriendo a tu cuerpo y aún así verlo llegar a cada meta guiado por tu cabeza, no tiene precio. Ser consciente de que no sabes donde están tus límites, porque ni siquiera sabes si lo tienes. Porque tus piernas lo logran siempre. Porque empecé corriendo 3 km y estoy orgullosa de a dónde ha llegado mi cuerpo. Porque esa sensación, sois muchos, los que la estaréis entendiendo.
Y porque voy a acompañar a Paqui hasta el final. Y después ya decidiremos. Ella ha estado todos estos meses a mi lado. Hubiera escrito este post exactamente como yo lo he hecho. Ella lo entiende todo.
Sabe por lo que estoy pasando y aún así, nunca pierde la confianza en mí. Porque aunque la mayoría de nuestros entrenos los hacemos separadas, estamos juntas en esto. Y porque esa confianza sin peros y tan plena que tiene en mí y en mi capacidad de afrontar esto, me hace pensar, que por pequeña que sea, aún existe la posibilidad de consegurilo. Y si así es, no dudo que una vez más, lo haremos.
Y por el resto de mi equipo del USNTRAIL, porque tienen un potencial estupendo y unas capacidades bestias de hacerlo, pero me da a mí, que si yo me vengo abajo….se me escapan de ésta y no quiero! Vamos chicas, pongamos todo nuestro corazón en ello. Vuestros mensajes en nuestro grupo de whatsapp me dan la vida y me alientan. Gracias al Mari Puri Team al completo!
En resumen, Querido AMIGO Quirós…..no voy a dejar de correr hasta que me digan lo contrario, ok?
1 comentario en «Y hasta que no me digan lo contrario, NO VOY A DEJAR DE CORRER.»