No me digas lo que no puedo hacer o cómo empecé con el #barefoot, por Juan Carlos Aguilera

No me digas lo que no puedo hacer

Estoy convencido de que Lost ha sido una de mis series favoritas por escenas como ésta en la que Terry O’Quinn, el actor que da vida a John Locke, hace una gran y emotiva interpretación. No me digas lo que no puedo hacer, no me digas lo que no puedo hacer.. se repite como un mantra durante buena parte de la serie. Esa frase ha resonado en mi cabeza una y otra vez durante los últimos 20 meses, en los que he intentado, sin éxito, superar una lesión que me impide correr.

Desde siempre me ha encantado correr, aunque cada vez que he intentado prepararme una prueba medianamente larga, he acabado lesionado. Al ser de Málaga, llevo intentando correr la media maratón de mi ciudad desde el año 2003, y he ido fracasando sistemáticamente año tras año, lesión tras lesión.

La última lesión, la que me ha tenido postergado durante estos 20 meses, ha sido, y es, una metatarsalgia. Se inició en agosto de 2011, cuando estaba intentando por enésima vez correr una media, en este caso la de Marbella, que se celebraba a finales de septiembre. Sufría unas ligeras molestias en el antepié izquierdo cuando llevaba un rato corriendo. Cambié de zapatillas y me compré las mejores, unas Asics Gel Kayano-17 con control de pronación. Nada. Fui a un podólogo, que me hizo unas plantillas y me las tuneó varias veces. Nada. Me hice varias pruebas (ecografía, resonancia y radiografía), y no mostraban nada grave, con lo que decidí correr la media. Fue un error, tuve que parar 3 veces a descalzarme y masajearme el pie, aunque acabé la prueba (soy muy bruto) en unas 2 horas. Luego fui a un médico rehabilitador que me trató durante 40 sesiones. Nada. Luego fui a un médico deportivo que me infiltró. Nada. Fui a un traumatólogo. Nada.También encontré a un ortopeda que me hizo otras plantillas. Nada.

En diciembre de 2011 estaba en la meta de la Maratón de Málaga , colaborando con la organización, y vi llegar a un corredor descalzo. Al momento le reconocí, ya que le seguía por twitter, era Santi Ruiz @ssantiruizg . Fui a hablar con él y tuvimos una conversación que recuerdo como si fuese hoy. Si corres descalzo, el impacto es menor, decía Santi. Yo no daba crédito ¿cómo iba a ser eso posible?. Pasados los días, investigué por internet y vi que lo que decía Santi parecía tener sentido. A mí siempre me ha encantado correr descalzo por la playa en verano y creo que habré corrido un mínimo de 100 kms cada verano en los últimos 10 años. Además, siempre que me molestaba el pie al correr, la solución era la misma: descalzarme. Las señales eran claras. Sin embargo, me centré en seguir buscando a quien pudiese curarme.

Fui a un osteópata que me dio 8 sesiones. Nada. Fui a un quiropráctico que me dijo que el problema era postural, y me trató durante 2 meses. Nada. Fui a un podoposturólogo que me hizo otras plantillas y me trató durante 3 meses. Nada. Fui a otro traumatólogo. Nada. Fui a un fisioterapeuta. Nada. Fui a otro médico rehabilitador. Otras 40 sesiones. Nada. Fui a otro fisioterapeuta. Nada. Me compré unas Nike Vomero, ya que eran muy blandas y amortiguaban mucho. Nada. Me compré unas Brooks con control de pronación. Nada. Me compré unas Hoka One One, unas zapas que utilizan mucho los ultreros. Nada.

Y fue pasando todo el 2012. En octubre corrí la carrera de El Corte Inglés, y la acabé medianamente bien con mis Nike (47 minutos), pero con bastantes molestias. Unos días más tarde, desesperado, recordé lo que me había dicho Santi casi un año antes «si corres descalzo, el impacto es menor». Me fui al paseo marítimo, me descalcé, e hice 2 kms andando, 200 metros trotando, 1km andando y 200 metros trotando. Sin molestias, las sensaciones fueron geniales. Volví a repetir la experiencia 3 ó 4 veces, y a principios de noviembre hice mi primer km descalzo. Sin embargo, aunque las sensaciones eran buenas, no quería parar y esperar meses para realizar una transición al barefoot, ya que como bien dice mi gran amigo y hermano en esto del running, Manuel Espinosa @surman1 soy cabezón pero impaciente, y decidí seguir buscando a alguien que me curase.

Y siguió el peregrinaje. Otro podólogo y otras plantillas. Nada. Otro traumatólogo. Nada. Otro fisioterapeuta. Nada. Me hice más pruebas, otra ecografía, otra resonancia y un TAC. Nada.

En enero de 2013, mi suerte cambió. Conocí a Victor Hidalgo @podologomalaga que se ofreció a intentar resolver mi problema. Me hizo un estudio biomecánico muy completo y me dijo que mi problema era que el primer dedo, el dedo gordo, no funcionaba correctamente, forzando al resto de estructuras del pie, lo que me ocasionaba todas las dolencias. Victor me propuso resolver mi problema biomecánico a través de la biomecánica, con plantillas, pero a la vez se puso a investigar sobre el barefoot, yendo incluso al I Encuentro Nacional de corredores descalzos y minimalistas que se celebró en febrero en Montilla.

A la vez que probaba sus plantillas, empecé a andar descalzo por casa. Pasaban las semanas, y, aunque las plantillas mejoraron mucho mi situación, cada vez estaba más y más interesado en el barefoot. Pasé de andar descalzo por casa, a ir a andar descalzo por el paseo marítimo siempre que podía. Un día, decidí trotar 200 metros. A la semana, troté 300 metros, y a la siguiente semana, a finales de marzo, se me fue la pinza e hice 1,5 kms descalzo. Me compré unas zapatillas Ultra de Vivobarefoot y unas Altra @altrazerodrop, para ir sumando kms con estas zapas complementando las salidas completamente descalzo. La siguiente semana hice 2 salidas descalzo, de 2,7 kms y 3,3 kms, a las que sumé 13 kms con las Altra y 7 con las Ultra. Hasta entonces corría descalzo por carril bici, pero la semana siguiente, hice 4 kms descalzo por asfalto rugoso y me salieron ampollas, con lo que no volví a correr descalzo esa semana e hice unos 20 kms con las Altra. La siguiente semana, ésta, he hecho 4,4 kms descalzo, 11 kms con las Altra y mis primeros 10 kms seguidos con las Ultra.

Ahora mismo las Altra me pesan mucho, como mejor me siento es descalzo, pero con las Ultra voy también ligero. Prefiero ir descalzo, ya que, como dice Santi, la piel avisa si te pasas, y con las Ultra me puedo pasar. Estoy ansioso por probar las Luna Sandals @LunaSandalsEsp algo me dice que cuando las pruebe no voy a querer otra cosa.

No sé si voy conseguir cumplir mi sueño, correr medias y largas distancias sin dolor, gracias al barefoot, lo que sí sé es que, aunque sigo teniendo molestias a una cierta distancia, nunca me he encontrado mejor. Estoy compartiendo mi experiencia con Victor, y está siendo muy emocionante para ambos.

Voy a seguir con el barefoot. Mi principal problema soy yo, Tengo que tener sangre fría y paciencia. La recompensa lo merece.

Juan Carlos Aguilera, @jcaguileradr en Twitter.

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