Mi primera Media Maratón – Crónica Emotion Extreme

La Emotion Extreme ha sido la primera media maratón de mi vida. Primera media maratón de montaña. Además, primera media maratón con calzado minimalista (vibram fivefingers Bikila). Nunca antes había hecho 21 kilómetros, y la verdad es que, salvo los últimos km que, psicológicamente me agotaron mucho, la hice sin ningún tipo de problema ni complicación. Algún aspecto a mejorar seguro, y esta publicación servirá también para analizarme a mí mismo, rectificar errores y ayudar a otros igual de poco experimentados que yo a que no los cometan.

Ya un mes antes de la carrera comencé a “entrenarme” por la sierra de Córdoba con mi colega David, mucho más experimentado que yo en carreras, y más de montaña. Yo nunca había corrido por montaña, habituaba a correr únicamente por ciudad, y algún que otro recorrido que quizá se salía de caminos transitados. Hicimos circuitos con algo de desnivel, no tanto como el de la Emotion Extreme, pero suficiente como para que sufriéramos un poco con subidas, bajadas, cambios de ritmo, respiración… algo que, como ya digo, no había hecho nunca antes. Me gusta correr por este tipo de terreno, es entretenido a la vez que sufrido, ya que nunca mantienes un ritmo constante, y al llevar calzado minimalista te obligas a corregir tus pasos y mirar donde pisas, sortear obstáculos, haciendo trabajar muchos sistemas neuromusculares y de diferente forma. Más que nada sirvió para que supiera a que me enfrentaba y comenzara a aprender a llevar bien los cambios de ritmo.

Desde que nos apuntamos, y antes de ello, los Qs hemos estado en contacto casi día a día, publicando los entrenamientos realizados y dándonos ánimos. Algo que realmente hace que te sientas más acompañado. Guille y yo nos twitteabamos a modo de cuenta atrás #miedo. Jaja, ¡Vamos Limón!

Además, en el entrenamiento pre-carrera también tenía que tener en cuenta pequeñas molestias que durante la carrera pudieran someterme a un martirio chino. Como por ejemplo las rozaduras e irritaciones por el roce (en mi caso, las camisetas siempre me hacen herida en los pezones, incluso en cortas distancias, y era algo que tenía que evitar a toda costa en esos 21 km de carrera. La solución fue una camiseta muy pegada debajo de otra que llevaba encima de tirantas, así no existía roce alguno. Quedo solventado por completo. Ninguna molestia ni durante ni después de la carrera). También tenía que acostumbrarme a llevar mochila de agua, pues en la Emotion Extreme pensaba llevar una (ésta, en los últimos Km de la carrera, me irritó un poco el cuello, también por el roce, punto a tener en cuenta en mi próxima carrera).

El día de antes la verdad es que dormí más bien poco. No mucho más de 4 horas. A las 6 en planta y a las 7 ya me estaba recogiendo David y mi prima para irnos a Jaén desde Córdoba (¡Gracias por las fotos prima!). Una vez allí, recogimos los dorsales y desayunamos bastante fuerte. La ocasión lo merecía, jaja.

Una vez se acercaba la hora de la SALIDA me ponía más nervioso. Aunque sabía a lo que me enfrentaba (o no) temía esos 21 Km como nadie. Y lo que más me preocupaba era el muslo derecho. La semana anterior, al entrenar (esprintando supongo) me hice daño en la región posterior, hasta el punto de pensar si podía o no hacer la carrera. La semana previa me la tomé de reposo absoluto, calentando y estirando todos los días, y masajeando la zona dolorida.

Dieron el pistoletazo de salida (forma de hablar) y comenzó la cuenta atrás de esos 21 km. Desde el principio notaba que el muslo no estaba del todo recuperado, pero poco a poco fui cogiendo confianza al ver que estaba mejor de lo que creía, y corrí de forma más tranquila. Sabía, o mejor dicho, todos sabíamos que los primeros 8/10 km iban a ser de subida, una subida que pintaba bastante mal y era a lo que más tenía respeto de la carrera. Sin embargo, tanto a mí como a mi compañero de fatigas David se nos hizo cortísimo y menos sufrido de lo que esperabamos. Cuando nos quisimos dar cuenta estábamos ya en el 1º avituallamiento. Salimos de la primera zona boscosa a campo abierto. El paisaje era realmente espectacular. Me impresionó bastante ese cambio de perspectiva. Poco a poco íbamos ascendiendo.

Algo que no nos gustó a ambos es que había momentos en los que alomejor te apetecía correr más rápido porque te encontraras mejor y más animado pero que por la cantidad de gente y el terreno no podías.

Nos adentramos en otro bosque y seguimos subiendo. Ya nos separamos los que corríamos media maratón de los que hicieron la ultramaratón y maratón. Comenzaba la parte más sufrida del recorrido (desde mi punto de vista). La bajada fue lo que más me costó. Prefería haber seguido subiendo sinceramente. Pero bueno, lo lleve como pude, zonas en que aceleraba más, otras menos (dependiendo del terreno, tenía que tener más o menos cuidado porque las VFF Bikila no protege algunas zonas del pie, y una mala pisada me podía costar un disgusto).

Comenzábamos a ver la carretera, y para mí (y para muchos creo) el tramo más aburrido. Me derrumbé un poco en los últimos 3/4 km. Pero bueno, David me dio un empujón de ánimos y la verdad es que la terminé contentísimo, hecho polvo, pero contentísimo. Después de poco más de un año corriendo creo que no puedo pedir mucho más.

En cuanto a mi patología de espalda (Retrolistesis lumbar) decir que no me molestó durante toda la carrera, y tampoco después de la misma.

¿Mi próxima meta? Aún no lo se, seguramente la media maratón de Córdoba. Esto de los exámenes es lo que tiene… Pero bueno.

Poquito a poco.

¡Un abrazo a todos!

@Rafa_RMG

>

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *