Ya han pasado un par de semanas desde que participé en la MIM , y ahora que he digerido lo hecho, creo que es el momento de escribir algunas lineas sobre ello.
Como ya sabréis, la MIM, es una ultra maratón de montaña que tiene lugar en Castellón, y parte de esta ciudad hacia el interior, a Penyagolosa, recorriendo 63 kms, haciendo un tramo que va desde Les Useres, hasta la ermita de San Juan de Peñagolosa. Esta prueba tiene una hermana mayor, la CSP118, que tiene en común con la primera los primeros 43 kms y la meta. Este año, esta prueba formaba parte del campeonato de España. Desde el año pasado, en la MIM se creó una catergoría minimalista, conocida como Pelegrins , en la que solo podían inscribirse aquellos corredores que participaran o bien descalzos, con sandalias, o con zapatillas que no superaran los 12 mm de grosor. En esa 1ª edición, se inscribieron alrededor de 10 personas, de las que terminaron solo 6, y este año fuimos 24 los inscritos, y todos la terminamos, algunos incluso descalzos, como Nano piesnegros quien la completó entera descalzo en algo menos de 14 horas.
Mi inscripción a la carrera se remonta al mes de enero, en el que me tiré a la piscina, y después de marear la perdiz, y deshojar la margarita, me inscribí a la prueba, confiando poco no, muy poco en mis posibilidades y opciones de terminar la carrera, entre otras cosas porque nunca habia corrido mas de 22 kms, y había corrido muy poco por la montaña, muy muy poco, pero bueno, lo había hecho, y desde aquel momento mi mentalidad fue la de acabarla, intenté centrarme en terminar la carrera, me veia siendo finisher, ¡Que iluso!… pero esa era la idea, terminarla de la forma más decente posible. Por aquella época empecé a correr con los chicos del # noteparesteam , dirigidos aquí en Madrid por el gran Miguel (@runnernovato) con sus famosos #runaciegas, que poco a poco se fueron tornando en #trailaciegas, así, todas mis salidas se enfocaron a salir por la montaña. Entre semana, un par de días o tres corriendo cerca de casa, y los fines de semana cogiendo algo más de desnivel y haciendo salidas más largas para acostumbrarme a estar mucho tiempo corriendo. En esta preparación salí alguna vez con los #Arapajoes, una gran tribu de corredores de Granada, liderados por Moi, el @ arapajoejefe , y Fran » el n¡ño la Mim», responsable de que un montón de gente nos hubiéramos embarcado en esta bendita locura de carrera, que me llevaron a correr por Sierra Nevada, haciendo una de las Salidas más espectaculares que he hecho en mi vida, algo más de 4 horas de auténtico disfrute. Y así seguí hasta un par de semanas antes, en las que terminé haciendo unos 30 kms y unas 6 horas de alta montaña en Madrid, con @baratijaaa un gran trail-runner que me ha enseñado mucho de la montaña. La suerte estaba echada, y ya lo que hiciera desde ese momento de poco me iba a servir.
La semana previa a la carrera fue de tranquilidad relativa, salí a correr un par de días para estirar las piernas y poco más, conforme se acercaba la fecha se me iban quitando las ganas de comer, y cada día dormía peor que el anterior. Creo no, afirmo que nunca antes me había puesto tan nervioso en mi vida por nada, yo me caracterizo por ser una persona muy tranquila, que me cuesta mucho alterarme o ponerme nervioso, pero esto era para superheroes ( o eso me parecía a mi). Tenía una sensación muy rara, por un lado estaba como loco de oir el pistoletazo de salida, pero por otro, quería que el día llegara cuanto más tarde mejor, y si al final no llegaba… pues mejor!!
Y llegó el momento. El viernes a medio día, cogí el coche y me fui para Castellón , donde ya estaban los Arapajoes al completo hidratándose, y Santi y Álvaro , con la carpa de las L una Sandals , en la feria del corredor. Una vez llegué allí, recogí el dorsal y me uní a ellos, este fantástico grupo de personas con los que he compartido el fin de semana.
De la feria del corredor nos fuimos para el hotel, dejamos las maletas, y a cenar algo y alrededor de la 1 de la mañana nos fuimos a dormir, ya que a las 4 sonaba el despertador, porque a las 6 empezaba lo divertido, ¿a quien se le ocurre poner la hora de una carrera tan temprano…?nose, normalmente a esa hora no están puestas ni las calles… pero bueno.
La carrera en si, como ya he dicho antes, es de 63 kms, y tiene algo más de 5000 metros de desnivel acumulado, siendo el desnivel + de unos 3200 metros, y el resto el negativo. Estos 63 kms están divididos como en 6 etapas,que son el número de avituallamientos que hay, mas o menos, cada 10 kms. Cada avituallamiento da comienzo a una etapa más dura que la anterior. Así me iba a tomar yo la carrera, como me habían aconsejado, por etapas.
Madrugada del sábado 11 de Mayo
5:50 a.m, el ambiente es increible, el estadio de la Universidad está hasta arriba de corredores preparados para afrontar su reto, la MIM o la CSP, cada uno a lo suyo. Nosotros, tras desayunar y pasar el control de zapatillas (solo para los que corremos en la categoría Pelegrins), nos colocamos casi al final del pelotón, salvo Santi , que al final ha decidido ir a su ritmo, los demás iremos juntos todo el tiempo que podamos. El speaker no hace más que animar y caldear aun más si se puede el ambiente, la gente está como loca, el corazón a 2000 ppm y ¡allá vamos! las 6 en punto de la mañana y los primeros corredores ya llevan unos 300 metros, y en la cabeza de carrera, Silvino (uno de los 2 Tarahumaras que han venido a participar en la CSP118). Nosotros, mientras íbamos con nuestro ritmo tranquilo en la parte media- trasera del pelotón alucinando con el ambiente y el castillo de fuegos artificiales que había dado la salida. En seguida nos subdividimos en 2 grupos, uno formado por Fran, Igancio Martos, Fran Quirós y Pequi, y el otro formado por Moi, Mariano y yo. Íbamos a una distancia muy pequeña un grupo del otro, y así pasamos los primeros kms, viendo salir el sol por la izquierda, mientras nos adentrábamos en la montaña por distintos caminos y veredas, en estos momentos fue cuando definitivamente nos separamos un grupo del otro. Llegamos al primer avituallamiento, después de sufrir varios tapones y parones debido al estrechamiento de los caminos y a la cantidad de gente que íbamos. En este avituallamiento nos encontramos con Pepe Roldán y Vila, compañeros inseparables que estaban participando en la CSP118, nos pusimos de charla con ellos, a un ritmo algo alto para mi y para Mariano, con lo que dejamos que se fueran, y a su vez, Mariano y yo también nos separamos, desde aquí (pensé yo) todo el camino solo, iba haciendo mis cálculos, y me costaba mucho el verme corriendo solo durante posiblemente 10 u 11 horas mas, pero bueno pasito a pasito, no quería pensar más allá del siguiente avituallamiento, el de los 25 kms. Y así fueron pasando los kms, y antes de llegar al 2º avituallamiento, Moi me dió alcance, me hizo mucha ilusión el verle, el pobre venía de abonar el terreno y andaba buscándonos, así llegamos juntos hasta ese 2º avituallamiento. Me hice un chequeo a ver cono me encontraba, y salvo un pequeño dolor en los pies, todo lo demás estaba perfecto, eso si, seguía con el estomago cerrado y sin ganas de comer nada, y por mucho que me dijeron que comiera aunque no tuviera hambre, hice caso omiso, y luego lo pagué… Me encontraba bien y con fuerzas así que no vi necesario el comer salvo algún gel que me había comido alguna hora antes. Desde aquí enfilamos nuestro camino hacia el km 33, Les Useres, donde realmente empezaba la carrera, y así era por varios motivos: Lo más duro del recorrido empezaba aquí, quedaba aun la mitad del camino, y el doble de desnivel que el que llevábamos, y algo muy importante, desde aquí todo era nuevo para mi, ya que, como he dicho antes, nunca había hecho más de 30 kms. Así que juntando todo eso, más el terreno, poco propicio para mis pies (estábamos pasando por el cauce de un rio seco, formado por piedras de varios tamaños que impedían una buena pisada) y que el no comer me estaba pasando factura, hizo que me diera un bajón, así que Moi se fue alejando poco a poco de mí, hasta que me quedé de nuevo solo. Alrededor del km 31, me encontré con Álvaro, Juanma, y Luigi, nuestros «avitualladores particulares», que alegría me dio el verlos, les comenté que iba bien, con los pies algo doloridos pero bueno, que seguía, y quedamos en vernos en el km 53 ¡Que lejos veía yo aquella distancia!, seguí con mi ritmo tranquilo, y después de «hacer cumbre» en Les Useres, me encontré de nuevo con los arapajoes al completo, Moi incluido, estaban preparados para continuar, me dijeron que siguiera con ellos pero les dije que no, que tenia que descansar un poco, así que siguieron y allí me vi yo, solo, en mitad del camino, afrontando la parte más dura de la carrera con la moral y el ánimo por los suelos.
Me tomé un ibuprofeno que había cogido por si acaso, aproveché y me comí medio bocadillo de jamón (aun sin hambre), y continué la marcha pensando en que si la cosa no mejorara, me retiraría en el siguiente avituallamiento, estaba en el km 43, una maratón de montaña estaba muy bien, y me podría retirar allí, orgulloso de haber hecho un distancia considerable, pero por otro lado, si ya llegaba hasta allí, y quedando aun lo más duro, tendría que ser capaz de terminarla, que solo serían 20 kms los que me quedarían, aunque tardara 15 horas en total, tendría que ser capaz de terminar, y así, poco a poco, me fui animando y viniendo arriba, consciente de que iba a terminar. No se que tanto por ciento de culpa de esa subida de animo tuvo el ibuprofeno, y cuanto el bocadillo que me había comido un tiempo atrás, pero desde ese momento, empecé a disfrutar, sufrí, y sufrí mucho, muchísimo, pero disfruté muchísimo más, sobre todo en la bajadas, en las que iba a tumba abierta, tanto por zonas embarradas como por las que no, comprobando el agarre tan estupendo que tenían las zapatillas, y la buena elección que había hecho. Así continué hasta el km 43, donde se separaban las dos carreras, en este punto encontraríamos la subida a la Lloma Bernat.
En este avituallamiento, rellené botes de agua e isotónico, comí algún trozo de pizza, algo de fruta, y lacitos, ¡¡cómo estaban los lacitos!! Me encontraba fenomenal, así que empecé a correr dispuesto a afrontar los últimos 20 kms de la carrera. Llevaba ya algo más de 7 horas de carrera, y tenía calculado invertir desde aquí 4 o 5 horas más, pero no estaba desanimado, en absoluto, estaba pasando por un momento buenísimo. A partir de aquí, me puse mi música, y empecé a andar a muy buen ritmo para subir la Lloma Bernat, en la subida adelanté a mucha gente, y con algunos entablé conversación, como con un grupo de chicos que venían desde Madrid y se estaban preparando para el GTP (gran trail de Peñalara), y afrontaban esta carrera como un entrenamiento más para esa gran prueba. Estuve con ellos algunos kms disfrutando del paisaje, cada vez más bonito, con una temperatura idónea para correr, y que nos había respetado durante toda la carrera (por lo visto el año pasado fue horroroso el calor que pasaron) cuando estaba llegando al km 50, empezaron a caer unas pequeñas gotas de agua, y de aquí al diluvio hubo solo un paso, aceleré el paso para llegar cuanto antes a Xodos, allí encontraría el avituallamiento del km 53, y donde esperaba ver a Álvaro y compañía, y así fue, pero no estaban solos, estaban con todo el grupo de Arapajoes, había dado con ellos. Ese era el último empujón que me hacía falta para terminar con los 10 últimos kms de la carrera. Paramos en Xodos, me puse una camiseta seca, el chubasquero (gracias Javi), un bocadillo, otro lacito y a por la última gran subida!!
Esta fue la subida más dura, y no por el hecho de llevar mas de 50 kms encima (que también) sino porque debido a la cantidad de agua que estaba cayendo, el piso estaba muy resbaladizo, y costaba mucho el subir con un ritmo continuo para afrontar andando la subida. Aún así, las vistas eran impresionantes, íbamos a alcanzar la parte más alta de la carrera, y desde allí podríamos ver el pueblo de Xodos, que ya había quedado atrás. Toda esta subida se hizo por un estrecho camino entre árboles que impedían el paso de la escasa luz que se colaba entre las nubes negras. Tras alcanzar la cumbre, un falso llano de un par de kms acabó con un avituallamiento sorpresa, en él había hasta cerveza!!, aquello era una fiesta, estábamos a unos 3 kms de meta, había dejado de llover, salió el sol, y teníamos la oportunidad de hidratarnos en condiciones. De aquí hasta la meta casi todo bajada, que se había complicado porque el suelo estaba muy mojado, yo incluso me llegué a caer, un resbalón simbólico, como premio. A lo lejos ya podíamos oir al Speaker animando a los corredores que iban entrando en meta. En ese momento, no había ni dolor, ni cansancio,… íbamos corriendo como si acabáramos de empezar una carrera. Al final entré con los Arapajoes, atrás dejamos 63 kms y lo hicimos en 10 hora 47´, ni en mis mejores sueños. ¡Soy finisher ! ¡soy finisher de una ultra maratón!, eso es lo que no paraba de repetirme. La sensación al terminar es increíble, una mezcla de alegría, emoción,… Llevo más de 10 días en una nube, rememorando cada uno de los 63000 metros de los que consta la carrera, recordando esos momentos solo, alejado del ruido, en contacto total con la naturaleza.
Tras esto, ducha fresquita, varios bocadillos para comer, y a esperar a Mariano, que venía solo desde aproximadamente el km 15. En este rato de espera, entraron en meta Nano piesnegros, que había terminado la carrera descalzo, David Lampón , miembro del equipo 5 dedos, y tras ellos, en algo más de 13 horas, Mariano.
Aquí os dejo los tracks de la carrera:
http://connect.garmin.com/activity/313410691
http://connect.garmin.com/activity/316659155
Quiero dar las gracias a la organización, en especial a Rafa Pobo, que se volcaron con cada uno de los participantes haciéndonos sentir únicos. A toda la gente que estuvo animando a lo largo de toda la carrera, un 10 para ellos! ofreciendo, en algunos casos, su propia comida, y tratando a todo el mundo como auténticos campeones. Gracias también a las VIVO barefoot Breatho que utilicé para la carrera, gran elección en el calzado.
Gracias también a todos los que confiaron en mí desde el primer momento, y muy especialmente a Lucía, por haber aguantado mis salidas a la montaña con un bebe recién nacido, sino hubiera sido por ella, no habría podido disfrutar como lo he hecho.
Para terminar, decir que es una carrera que me ha enganchado, y de la que ya estoy tachando los días para apuntarme a la del año que viene. Quiero volver allí y sufrir y disfrutar como un niño pequeño.
Vamos limón!!
@guilleqc