Siempre he sido un tipo algo peculiar, no sé si por mi intrínseca malafollá granaina o por mi heredado carácter, pero me considero una persona NO muy accesible y de delicado trato, no obstante, como si de un juego de rol se tratase, una vez superados algunos encuentros y sufrido algunos tropezones, todo lo que en un principio parecía hielo picado, pasa a ser una mano tendida a la amistad, desinteresada y como digo, tras conocerme y aceptarme, para toda la vida.
Fue a mitad del curso escolar 2012/2013 cuando conocí a Roberto Talavera, miembro Q y padre de un compañero de clase de uno de mis hijos, en realidad nos veíamos todos los días al llevar y recoger a los niños al colegio, pero aquel día, supongo que ambos decidimos que era hora de saludarnos, eso marcó un antes y un después, a ambos dos nos gustaba correr y cada mañana comentábamos nuestros entrenos para ese día o para el siguiente y así fue como nos fuimos conociendo y congeniando.
Una mañana, como tantas, le comenté mis planes para ese día, le dije que subiría al llano de la perdiz para acabar bajando por Cenes de la Vega y volver por la fuente de la Bicha, cuando terminé de comentarle mis planes me dijo que porqué no corría con él y unos amigos una carrera nocturna a las 21:00h de ese mismo día , yo no tenía previsto hacer ningún cambio en mi entreno pero al escucharlo detenidamente me empezó a apetecer bastante aquella invitación, iba gente extranjera, se correría cerca de la Alhambra, por carriles estrechos, con frontales… así que le dí mi OK.
Aquella noche fue mi bautizo con los Arapahoes y Qualquieras… después Santi Ruiz me aceptó (gracias) como miembro de “Qualquiera Puede Hacerlo” en Facebook, desde ese día hasta hoy, han pasado muchas cosas, muchas y muy buenas…
Pero la finalidad de este relato no es la de contar lo felíz que soy corriendo, sino la de compartir como lo he vivido durante estos últimos 24 años.
En 1989, al cumplir los 18 años, decidí hacerme militar paracaidista y sin dudarlo y con mucha ilusión, me presenté en Alcantarilla (Murcia) a hacer mi instrucción y posterior curso.
Ese fue mi primer contacto con la carrera que no fuera correr detrás de un balón, como tal vez alguien pueda imaginar, aquello no me gustó nada… se corría sin Thomp ni Son y la finalidad era ir viendo cómo iban “cayendo” el 90 % de los implicados por el camino… aquellos instructores nos repetían una y otra vez que había que aguantar de principio a fin para hacerse fuertes y resistentes.
Tras pasar dos meses de tortuosa y calurosa instrucción y tras obtener mi título de paracidista, me trasladé a Alcalá de Henares donde pude comprobar que aquella práctica de correr sin Thomp ni Son, sorprendentemente, se seguía dando, así que no era de extrañar que aquello de correr no fuera una práctica gustosa para mí, sino que por el contrario, odiaba correr.
Tras cinco años en Alcalá, decidí que quería ampliar mis estudios militares y dedicarme a la vida Castrense, por lo que si en Murcia lo pasé mal, en la Academia Militar, fue bastante….. pero que bastante más duro.
Recuerdo que había programaciones semanales; Fartlek Sueco, Interval Training, Entrenamiento Total (lo que hoy día hacen los Arapahoes pero en plan “corre o revienta” por el relieve de las sierras leridanas, incluidos algunos regalitos de paso coreano y tal…), carrera continua y deportes (pocos o ninguno)
Así fue como tras tres “ tortuosos” años de academia fuí ascendido de empleo y de tener que ir a remolque en carrera, me ví como jefe de pelotón y por tanto responsable, entre otras cosas, del trabajo físico de unos pocos chavales confiados y dispuestos a dejarse el pellejo trabajando, yo que soñaba con tener mando para poder librarme de aquellas palizas físicas… en poco tiempo me ví a la cabeza de las mismas…
A partir de ahí, fuí como “el padre que de pequeño fue maltratado y al tener hijos trata de que no sufran lo que sufrió ese padre de pequeño”….
Quería hacer de esas sesiones de Educación Física, algo NO doloroso y mucho menos tortuoso, estaba convencido de que era capaz incluso, (y esa era mi idea), trabajando igual o más. Así, fue como introduje (por cuenta propia y tras empaparme en internet) días de técnica de carrera, cuestas, estiramientos específicos e incluso de competiciones entre binomios tipo carrera de carretillas, a caballo… La gente lo agradecía, es más, los otros grupos nos miraban con envidia al ver que mi gente reía en Educación Física por no decir cuando nos veían tirados en el suelo estirando y contándonos nuestras batallitas nocturnas (civiles)…
Volviendo a mi experiencia personal, debo decir que no fue hasta el año 2005 cuando empecé a sentir que disfrutaba corriendo, y esto ocurrió cuando desde Tenerife, fuí destinado a una Unidad en Ceuta donde no tenía soldados a mi cargo por lo que ya no tenía que correr dando ejemplo, esperando o frenando a nadie… ese año empecé a correr solo, incluso compre un libro que me ayudó bastante “El correr Chi” donde hablaba, entre otras cosas, de un termino nuevo para mí “economía de carrera” .
A partir de ahí mi cuerpo y yo nos presentamos y curiosamente nos empezamos a escuchar el uno al otro, fue un encuentro digno de “hay una cosa que te quiero decir” “hay una carta para ti” “sorpresa sorpresa” o “lo que necesitas es amor”… 16 años corriendo juntos y no nos conocíamos, jamás hablamos y mucho menos nos escuchamos y a partir de aquel día lo podía escuchar perfectamente, decirme… “quillo afloja… que me estas jodiendo y si sigues así, mañana no corro…” a lo que yo le respondía… “calla ostias y sigue …”
El tiempo iba dando la razón a quien la tenía (siempre el cuerpo) y poco a poco fuí comprendiendo que nuestro mejor entrenador es nuestro propio cuerpo (partiendo de la base de que ya tenemos un espíritu de sacrificio consolidado) así que tras un entrañable encuentro, algunos altercados, y una posterior sumisión, mi cuerpo y yo hemos llegado a ser el mismo, a entendernos y a soportarnos a veces cuando yo le pido un poco más y él se queja…
A estas alturas de total armonía entre mi cuerpo y yo y tras sufrir una microrotura en el bíceps femoral derecho y problemas con mi cintilla iliotibial derecha… todo ello debido a “alguna rencilla entre mi cuerpo y yo” (cual matrimonio bien avenido…) llegué destinado en 2012 a Granada y aunque mi carrera preferida era Las dos Colinas, la media Maratón de Granada me encantaba, así que con poco tiempo (demasiado poco) la preparé como pude haciendo de nuevo oídos sordos a mi cuerpo provocándome una especie de fascitis plantar leve en pie izquierdo… y ya en el km 8 en C/ Arabial… oí mi cuerpo decir “ya te lo dije chaval… “ acabé como pude ya que al reducir apoyo en el pie izquierdo, provoque la visita de mi cintilla iliotibial derecha… a duras penas acabé un minuto o dos por debajo de las dos horas…
A partir de ahí… traumatólogos y fisio… durante un par de meses hasta que un día empecé a leer con atención eso de “correr descalzo”… el tiempo de traumatólogos y fisios, habían mermado considerablemente mi estado aeróbico por lo que me atrajo la idea de que para correr descalzo, habia que empezar de cero, no perdia nada, al contrario, así me obligaría a no pasarme de nuevo en las distancias… se estaba escribiendo el contenido del segundo sobre en mi vida de “hay una cosa que te quiero decir” “hay una carta para ti” “sorpresa sorpresa” o “lo que necesitas es amor”… de nuevo el correr me tenía reservado algo inigualable, algo verdaderamente sublime, para mí… sin igual.
Aunque fue a Santi Ruiz a quien me encomendé y a quien primero pedí consejo, fue a Manuel Muñoz a quien por proximidad «autonombré» mi “SenSei” fué la primera persona que ví correr descalzo en directo una tarde en el parque Tico Medina, yo volvía de pasar el día con mi familia en el campo y cuando lo ví lo reconocí al instante y le dije a mi familia…”mirar ese corriendo descalzo, es de mi grupo de los Qualquiera…”
A partir de ahí quise probar yo. Ahora comprendo por qué Santi Ruiz a tantas dudas y preguntas que yo le planteaba, el insistía y no salía del “descálzate y empieza a andar” no cabe duda que el descalzarse lleva consigo la respuesta a todas las dudas que suele tener alguien que empieza en esto. Una vez más al descalzarme, era mi propio cuerpo, esta vez los pies, los que cual enciclopedia respondían a todas mis dudas, preguntas , miedos… a todo!!!
Por otro lado Manuel Muñoz me retenía y a mis preguntas me pedía paciencia…(gracias Manuel) a éstas alturas compré otro libro, en ésta ocasión fue “Nacidos para correr” un libro super nombrado y que no podía dejar de leer, la crítica al libro la dejaré para otra ocasión si surgiera…
Así que mi segunda carta fue entregada con éxito y en ello estoy ahora… desde aquella carta ya han pasado tres meses y cada vez que me descalzo y salgo a correr, me da tiempo a recordar aquella primera “instrucción/carrera” Javalí Nuevo – Torres de Cotilla (Murcia)… o aquella sesión de entrenamiento total en el Pirineo leridano donde a causa de unas cuestecitas a paso coreano por poco me cargo mi carrera militar por un pinzamiento de menisco… o de tantas y tantas sesiones tortuosas de carrera que a día de hoy todavía me cuesta creer que ocurrieran, de todo eso y además me queda tiempo y aire para valorar todo con lo que me voy cruzando.
Será por eso que me encanta correr sólo, en grupo siempre he sufrido de lo lindo y sólo fue como aprendí a correr, sólo fue como avancé en mis entrenos y sólo es como más disfruto corriendo, sólo con mis pies desnudos y la voz de mi cuerpo… por eso yo más que Arapahoe ( a los que ya sabéis que admiro profundamente porque en ellos veo lo que siempre tuvo que ser, diversión, sentimiento y respeto para con los demás) como digo , más que Arapahoe, yo me siento Mohicano… el último Mohicano. A pesar de lo que digo, correr con vosotros, con los Q y con los Arapahoes y Maripuris… es un lujo, un encuentro entre «tribus» que de verdad hoy día es una suerte poder hacerlo.
Correr descalzo para mí es algo que no consigo comparar con nada, nada es igualable a esa sensación, lo más que consigo acercar a esa sensación es la de despues de correr y empapado en sudor, llegar a una playa nudista a las 08:00 h y quitarte todo, levantar los brazos en victoria, respirar hondo y correr a tirarte al agua…
eso es lo más parecido a descalzarse y correr (para mí).
Creo que a éstas alturas, tras 24 años corriendo, he encontrado el equilibrio, ese equilibrio tan complicado de la vida, donde no se sabe si se es poco o se es mucho, ese equilibrio que te permite correr cuando quieras, al ritmo que quieras y hasta donde quieras sin mirar nada más que hacia tu interior y disfrutar de las sensaciones sin complejos.
Para todos los que empiezan o tiene dudas mi consejo es que escuchéis a vuestro cuerpo y os dejéis aconsejar por quienes saben de esto DESINTERESADAMENTE, todo lo demás no es de fiar.
Alvaro, es tu primera cronica? pues deberias hacer mas a menudo. Te felicito por tu perseverancia y por tu mejora. Afortunadamente la he seguido bastante de cerca y me alegra tanto como si fuera mia. Sigue disfrutanto corriendo y sigue haciendonos disfrutad a nosotros con tus comentarios y cronicas. un ab
Álvaro me ha encantado! Madre mía lo que dan de sí 24 años, eh?? Y siempre estamos a tiempo de empezar de cero y seguir conociéndonos a nosotros mismos y seguir aprendiendo…
Me alegra mucho que por fin estés disfrutando con este deporte y que te hayas animado a contarlo.
Un placer haberte conocido y a ver si nos vemos en más carreras o salidas arapahoes-maripuris-mohicanos….
Es dificil daros las gracias desde el teclado de un movil… pero intentare sintetizar mucho el «mar» de sensaciones y agradecimientos que tengo para todos.
Como ya sabeis me sale el orgullo de Q por todos mis poros, os agradezco a los que ya habréis leido, Álvaro, Victor y Ñusi vuestras palabras, a los que vais a leer os doy mi agradecimiento igual.
Uffff maldito teclado de movil… ( o seran mis dedos…) prometo seguir cuando tenga un teclado convencional…..
Gracias vil
Gran relato Álvaro!!!
Experiencias como la tuya son las que hacen que la gente pueda entender un poco lo de por qué correr descalzo, la pregunta del millón…
Podías introducirlo como técnica o ejercicio en el ejército, así lo hizo nuestro admirado Cucuzella.
Un abrazo, gracias por tu crónica y a ver si coincidimos en alguna ruta Arapahoe o Maripuri;)
Me ha gustado muchísimo Álvaro. No tenía ni idea de tu pasado deportivo pero eso, si cabe, le da aún mucho más sentido a lo que estás haciendo. Me alegra mucho que nos conociéramos en esa única vez que he podido salir con los Arapajoes, que pasaras con el coche por el Tico Medina en ese justo momento y que hayas tenido la paciencia y la voluntad que se necesitan para dejar atrás todas las prevenciones y entregarte a esta forma de correr TAN, TAN diferente y tan placentera. Dentro de poco seré yo quien te busque de Sensei ya que tu progresión está siendo meteórica! 😉 De nuevo, felicidades por tu gran relato, me ha gustado mucho y me ha motivado aún mas! Espero que nos veamos pronto en estos días con Victor, sigues por la costa? Puedes subir a Granada si quedamos para salir? Un abrazo!
Santi no dudes de que en cuanto tenga un nuevo destino y me ponga al dia con la gente… habrá entrenamiento Barefoot Runner…
Manuel Sí sigo en la costa, estaré todo el verano pero no tendria problema en subir a echar un rato corriendo con vosotros.